El arte de la prudenciaBaltasar GraciánEditorial Ariel
Si tuviera la potestad de poder rescatar de los anales literarios una única obra oportunista y eficiente, con la condición sine qua non de obligar a su lectura, como oráculo para afrontar y rehacer estos tiempos de decadencia y declive socioeconómico, sin lugar a dudas rescataría como efigie literaria a tener en cuenta la obra que nos ocupa.
El arte de la prudencia, una colección de sentencias o aforismos, hasta un total de trescientos, un texto cargado de gran trasfondo ético que de forma condensada y concisa a través de una prosa simbólica y conceptual consigue juzgar a la sociedad y al comportamiento humano orientando de este modo la conciencia de las personas para triunfar en una sociedad compleja inmersa en un período de grave crisis política, militar, económica y social como lo fue el siglo XVII en España, siendo a mediados de este siglo cuando esta obra vio la luz al ser publicada por primera vez en 1647.
Su autor, Baltasar Gracián, jesuita y aragonés, fue un hombre mesurado, juicioso y creativo. Nació en 1601, ingresó en la Compañía de Jesús en 1619 y fue ordenado sacerdote en 1626. Contemporáneo de Quevedo, Velázquez, Murillo, Lope de Vega y Calderón de la Barca, entre otros, era asiduo de las corrientes conceptualistas del barroco español y publicaba sus escritos bajo pseudónimos sin el debido permiso eclesiástico.
Gracián poseía una gran capacidad de observación, poseedor de un ingenio crítico sin precedentes además de una capacidad de análisis y síntesis inauditas, en sus escritos consigue exprimir las palabras hasta sacarles su más profunda esencia, perfuma el arte con palabras para hacer de las palabras un embriagador arte creando paradojas, alegorías, elipsis... llegando a ser tanto o más exigente con el lector que con el lenguaje.
En palabras del propio Gracián a buen entendedor pocas palabras bastan y recuerde que lo bueno, si es breve, dos veces bueno. Una lectura agradable, fresca y de evidente actualidad, siendo este uno de los textos más relevantes del Siglo de Oro, un moderno clásico cuyo objetivo último queda claro, el buen gobierno de las personas. Escrito por Diego L.G