Revista Belleza

Gracias.

Por Makeupzine @marulilac
Como ya reconocí que soy la tía vieja y llorona de las fiestas, les quiero escribir algo que vengo pensando. Al fin y al cabo, pago el dominio y es mi lugar para contar cosas no?
El 2015, ha sido, sin duda alguna, el año más difícil por el que he tenido que pasar. 
Lo arranqué trabajando en un lugar donde me explotaban, volé hacia otros puertos y le dí más bola a la facultad. Seguí trabajando de "lo mío", maquillé a las novias del verano, y me fui a descansar poquitos días a un destino cercano y volví a los líos facultativos. 
A mediados de año, se me paró el mundo y las noticias sobre mi salud me sacudieron el marote. Una parte del cerebro se me había muerto y otra funcionaba más o menos. Le venía dando a la facultad sin descanso, y eso me hizo parar. Me tomé 1 mes para recuperarme. Me costó mantener el equilibrio, articular las palabras, aprender a encontrarlas y así, tuve que empezar de cero. Habrán notado que el Blog también sufrió las consecuencias de eso y tuve que pararlo, aprovecho para pedirles disculpas por no aparecer tanto como hubiera querido.
Pasó tiempo (un mes más, aproximadamente), y tocaba el turno de ponerme al día con la universidad. Me habían tenido toda la paciencia del mundo, pero o rendía o perdía una materia anual. Así que con mi cerebro a media máquina, me senté a estudiar 12 horas por día durante 15 días para retener aunque fuera algunas palabras. Con las pasiones pasa eso, uno pierde el límite entre lo que debería seguir haciendo y el momento en el que debería parar. Sarna con gusto, no pica, dice el dicho.
Tuve muchas frustraciones, no podía memorizar casi nada, estaba aterrada porque mi cerebro había perdido, en un agujero de materia blanca, algo de la capacidad de aprehender, que no es lo mismo que "aprender". Me enojaba muchísimo conmigo misma, porque antes había podido y no podía ser que ahora no. Asi y todo, fui a rendir. Me tomaron EL examen (lo pongo en mayúsculas porque es una materia muy importante en la carrera) en un aula con 500 personas que iban a escuchar una conferencia y presentación de casos. Yo, que había presentado los certificados pertinentes para poder rendir en un lugar con silencio porque perdí la capacidad de concentrarme bien, estaba rindiendo en un lugar lleno de gente hablando. Y me tomaron cosas fuera de programa. Y escribí como nunca en mi vida, demostré que me había costado horrores pero estaba ahí. Y dos días después, en el almuerzo familiar del domingo, me llegó el mail con un hermoso 7. Un 7 que demostraba que algo del poder de aprehender, había quedado. Y a mí se me caían las lágrimas de estar orgullosa de mí misma, de saber que un poco podía. 
Pasaron 20 días mas, y tuve que rendir la otra parte de la materia, un lindo 8 fue el resultado. Otra vez, esfuerzo, mucho, detrás. Y dolor, nuevamente dolor. Y médicos que me decían que no era nada, que seguro era de la lesión anterior, y yo que me doblaba del dolor e insistía en que esto era diferente. Y si, era diferente. Otro agujero, otra lesión y otras cosas que se perdieron. Entre esas cosas, la habilidad de maquillar. Difuminar, que era la base de mi vida maquilleril, me costaba horrores. Y bueno, hubo que volver a entrenar la mano, porque las novias tenían que maquillarse y yo había dado turnos. Y si hay algo que soy, es responsable. Y también pude. Me cuesta más, pero puedo. 
Ahora, les soy sincera. No recuerdo casi nada de lo que es memoria a corto plazo. Tengo una libretita en la cartera en la que anoto TODO. Pido perdón cuando alguien me pregunta si me acuerdo algo y digo que no. Aprendí a tener paciencia. Es la lección más importante que me llevo de este año.
Y en el medio, siempre tuve gente de fierro al lado mío. Mi familia, mis amigos, mi novio de oro, mis amigos virtuales, y ustedes, ustedes que sin conocerme me mandaron buenas vibras siempre y me preguntaron como estaba. 
No me queda más que agradecerles y darles un abrazo virtual enorme, y fuerte, de esos que sacan los miedos para afuera.
De este 2015 me llevo el aprendizaje de que la vida es para vivirla a lo loco, como decía Celia Cruz, y de que es mejor dejar de mirar las pantallitas de los celulares y disfrutar de los momentos. Porque si hay algo que no vuelve, es el tiempo.
Y hablando del tiempo, me tengo que ir volando a maquillarme y a ponerme decente para despedir este año horrible (para mí), y darle la bienvenida a un año que espero que sea maravilloso, y que arranca con el pie derecho, con el casamiento y la felicidad de alguien a quien quiero mucho, y si la gente que quiero es feliz, yo estoy feliz. 
Gracias, gracias inmensas por haber estado del otro lado, por dejarme comentarios, por mandarme saludos, por comentar como había sido su día, gracias. 
Gracias por estar, y les prometo que mientras pueda, me tendrán acá escribiendo pavadas. 
Gracias por dejarme compartir un ratito de su tiempo.
Un beso enorme, y un abrazo virtual que llegue donde estén.
Felicidades! 
Bienvenido 2016, traénos muchas cosas lindas para vivir que nosotros les ponemos ganas!
Gracias.
Besos, Maru.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas