Este fenómeno es fácilmente reconocible por todos nosotros. Cualquiera que haya podido oír las opiniones de los comentaristas deportivos sobre dos equipos de fútbol antes y después de que vayan a jugar un encuentro, la mayor parte de ellos asegurará que ya lo había dicho él porque no podía ser de otro modo.
Si recordamos la opinión anterior del “experto” comentarista quedaremos perplejos de la facilidad con que una vez conocidos los resultados ha cambiado su opinión “sin despeinarse” de que él ya había dicho que este sería el resultado (obviamente diferente a la predicción previa).
Pues bien, a este fenómeno se le conoce como “sesgo retrospectivo” y es curioso que se produce más fácilmente cuanto más alejado está uno del tema de que se trate.
Este fenómeno es constatable en políticos y analistas económicos, en el desarrollo de casos médicos, o en casos psicológicos clínicos o de conducta social.
Lo que tienen en común todos ellos es una exageración de la relación causal percibida entre los antecedentes y sus consecuencias una vez conocidos todos los términos, es decir considerando posteriormente las consecuencias.
En un procedimiento se presentó a varios sujetos un relato sobre la guerra colonial de los británicos contra los gurkas de Nepal. A parte de los sujetos se les contó el relato íntegro de que los británicos ganaron la guerra. A la otra parte esta información se les ocultaba. Después todos los sujetos tenían que hacer una predicción del resultado de la guerra (unos lo conocían aunque tenían que prescindir de esa información para hacer la predicción y los otros no lo conocían).
Resultado: Mejor predicción la del grupo que conoce previamente el resultado pero niega que tenga en cuenta dicho conocimiento para realizar su predicción.
Entender mejor este proceso, nos ayudará a comprender cómo mejorar la memoria.