Cuando nos encontramos con una vivienda con esta amplitud y luminosidad sólo queda recrearse y contemplarla al menos por un momento. Invadida por tonos neutros, vestida por la madera y la luz que entra por sus grandes ventanas. El resultado, una casa con altos techos y genialmente acogedora. La mesa de la cocina resguardada por una una bonita chimenea de piedra será sin duda el mejor lugar de reunión. Fotografía Montse Garriga Grau