Como gatos macerados con éxito repentino 20 jóvenes argentinos entraron a la casa “mas famosa” de la televisión. Si, Gran Hermano ha vuelto y toda la frivolidad de la mano de papa noel también. Telefe ha puesto al aire una nueva emisión de este reality que ya cansa, agobia y empalaga pero sin embargo se ve, se critica y se vuelve a ver. Por lo tanto hoy en La columna de los Lunes nos dedicaremos es este programa demostrando que no todo lo que nos trae el Sr. Televisor nos gusta.
Gran Hermano comenzó ayer por la noche en Telefe, de la mano de Jorge Rial y sus secuaces. El formato es el mismo, tirar 20 monitos dentro de una jaula cinco estrellas, dejar que el tiempo pase, y que todos los sentimientos que un ser humano pueda explorar se hagan visibles desde la comodidad de su hogar. Peleas, amores, odios, “traiciones”, tristeza y melancolía son las fichas de este juego que comparten con millones de personas pero que solo pueden ganar algunos. Esto es Gran Hermano, lo mismo que hace 10 años atrás.
En Europa estos reality´s siguen vigentes, pero en Argentina suelen hacerse de vez en cuando, solo cuando se necesita competir contra otro programa o sacar estrellitas mediáticas que sirven para tirar durante todo un año a mas de un chimentero o productor de teatro de revista. La cuna del arte argentino empezó ayer.
Ahora bien, si ustedes tuvieron la “suerte” de observar a cada uno de los veinte participantes de Gran Hermano se darán cuenta que intenta mostrar un prototipo de hombres y mujeres que se aleja demasiado de la media. Altos, flacos y musculosos. Altas, flacas y operadas con buenas cuervas. Estas características tienen los integrantes de este programa.
No existe el gordo ni la gorda, no se muestran hombres o mujeres con discapacidades, no son los vecinos con los cuales nos solemos cruzar, mas que nada se asemejan a aquellos tarjeteros del noventa o a la gatas que bailan en el caño en esperanto, Telefe y GH quieren mostrar eso y se olvidan de aquellos niños y adolescentes que miran estas vidrieras creyendo que esto es el horizonte a llegar…
En fin, una nueva emisión de GH ha llegado, esto quiere decir que la televisión argentina comerá mierda durante tres meses hasta que el verano termine, el sol se aleje y el 2011 comience a aparecer en nuestras vidas. Concluyo esta columna de hoy (contaminada con los hermanitos) con una reflexión de mi amigo, el sociólogo Luis Fanlo:
“…Gran Hermano, en tanto dispositivo reality-game que, a la vez, forma parte del dispositivo televisivo, permite mostrar las serias limitaciones que tiene el enfoque teórico tradicional fundado en “los efectos que la televisión produce en la audiencia” y abre las condiciones de posibilidad para pensar el problema en términos relacionales, como recíproca determinación entre lo que la televisión le hace a la audiencia y lo que la audiencia hace con la televisión…” (Ver también aquí)