La sonda internacional Cassini ha logrado fotografiar el potente huracán que se encuentra sobre el polo norte de Saturno, rodeado por una curiosa banda hexagonal de nubes. Las imágenes fueron tomadas el 27 de noviembre de 2012, y muestran por primera vez esta tormenta, que lleva activa al menos desde el año 2006, de cerca y en luz visible.
La sonda Voyager 2 de la NASA no pudo observar directamente esta parte del polo norte de Saturno cuando se aproximó al planeta en 1981, aunque sí constató la presencia de una banda hexagonal de nubes tan grande que podría rodear a cuatro planetas como la Tierra.
Cassini llegó a Saturno en el año 2004, en mitad del invierno, cuando el polo norte del planeta estaba sumido en la oscuridad.
Para poder fotografiar el polo norte en la banda de la luz visible, la sonda tuvo que esperar hasta el equinocio de agosto de 2009, cuando la luz comenzó a inundar el hemisferio norte del planeta. La toma también requería cambiar el ángulo de la órbita de Cassini.
En las imágenes y en el vídeo, de alta resolución obtenidos durante la maniobra, los científicos descubrieron que el ojo del huracán tiene una extensión de 2.000 kilómetros, unas 20 veces más grande que el tamaño medio del ojo de un huracán terrestre, y está rodeado por una banda de nubes finas y brillantes que se desplazan a 540 km/h. Los vientos en la pared del ojo soplan cuatro veces más fuerte que en los huracanes de nuestro planeta.
Este huracán se parece asombrosamente a los que nos podemos encontrar en la Tierra, pero a una escala mucho mayor, y más rápida. No obstante, también presenta algunas diferencias dignas de mención.
El huracán de Saturno se encuentra fijo sobre el polo norte del planeta. En la Tierra, los huracanes tienden a desviarse hacia los polos, pero el de Saturno ya no puede viajar más al norte, por lo que parece haberse quedado atrapado.
Por otra parte, los huracanes terrestres se alimentan del agua caliente de los océanos, pero el de Saturno parece sobrevivir a base de las pequeñas cantidades de vapor de agua presentes en la atmósfera de hidrógeno de este planeta.
Comprender cómo las tormentas saturninas son capaces de utilizar el poco vapor de agua que tienen a su disposición podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo se forman y cómo evolucionan los huracanes terrestres.