Gran viaje, grandes despedidas

A todos los amigos y familia en Buenos Aires…

Afortunadamente, muchas de las dificultades que existían alrededor de los largos viajes se simplificaron mucho en los últimos tiempos.
La evolución de Internet le brindó a cualquier turista toda una serie de herramientas que ahora nos resultan prácticamente obligatorias a la hora de viajar.

Si queremos planificar un viaje, tenemos un gran abanico de posibilidades para averiguar y lograr prescindir de caer en una agencia de turismo para cada cosa, con las claras desventajas que eso usualmente conlleva.
Una vez que uno se acostumbra, buscar pasajes aéreos o terrestres por Internet, reservar un hospedaje mirando previamente sitios de recomendaciones, o mirar páginas con información sobre visados o consejos de salud, se vuelve algo relativamente sencillo y hasta entretenido. La web nos facilita muchísimas cosas en este sentido.

Y para mantenernos comunicados, las redes sociales como Facebook, el Skype o blogs como este, acortan las inevitables distancias que existen con la familia y los amigos que quedaron donde uno vive, y permiten hacerlos parte de cada momento que queremos compartir.
Años atrás, no quedaba más opción que buscar un locutorio en el lugar en donde estabamos y realizar una llamada, malabareando entre las diferencias horarias y el ruido en la línea.
Si estabamos en un país lejano y con otro idioma, tratar de preguntarle al empleado qué secuencia de números teníamos que anteponer al teléfono para larga distancia, era un desafío por si mismo.
Y ni hablar de hace 50 años, donde la única manera de dar señales de vida era enviando una postal manuscrita que llegaba varios días después.

Pero aún con todas estas modernas herramientas de comunicación, la distancia que existe con los seres queridos es real y se siente.

En las últimas semanas antes de comenzar esta Odisea, tuve el gran gusto de juntarme con muchos de ustedes, amigos y familia, y compartir lindos momentos juntos antes de partir. A todas esas reuniones las llamamos con la dramática palabra “despedida”.

Antes de empezar con los relatos propios de las andanzas por el viejo continente a través de este blog, me gustaría agradecerles a todos.

A los que pude ver y a los que lamentablemente no, a los que al contarles de mi proyecto me trataron de loco, y a los que me abrazaron con una sana envidia y me desearon lo mejor para este sueño, a los que veía siempre y a los que veía cada tanto pero que nunca me olvido, a mi querida familia, a mis amigos, a los simples conocidos… a todos!

¡Muchas gracias por el apoyo y los buenos deseos que me dieron antes de partir! ¡Aunque Internet me ayude un poco, se los va a extrañar!

Para todos aquellos a los que pude ver en estos días (y por algo llevaba alguna cámara a cada encuentro), subo acá las fotos de nuestras juntadas y me llevo el hermoso recuerdo de cada una de ellas antes de empezar este viaje.