Seguimos con la nueva sección del blog dedicada a las grandes parejas del cine. La semana pasada fueron Katharine Hepburn y Spencer Tracy, la pareja con más química de Hollywood, y esta semana recordaremos a la pareja más tormentosa: Elizabeth Taylor y Richard Burton.
Se conocieron a principios de los años cincuenta, pero fue en 1962 cuando comenzó su idílio durante el rodaje de la película Cleopatra. Por aquel entonces, los dos estaban casados, ella con Eddie Fisher (que había dejado a Debbie Reynolds para contraer nupcias con Liz) y él con Sybil Burton.
La atracción fue inmediata y se convirtió en un escándalo internacional, algo que era poco usual por aquellos tiempos. Incluso el Vaticano manifestó sus críticas a la pareja.
"Si te excitas jugando al Scrabble, es que es amor", dijo Elizabeth Taylor cuando comenzó sus primeros escarceos con Burton. Y el tiempo le dio la razón, sus vidas estaban condenadas a confluir en una obscena tendencia al exceso y una desenfrenada entrega a la pasión.
Una vez divorciados de sus respectivas parejas, contrajeron matrimonio por sorpresa en 1964 en Montreal. Para Liz era su quinta boda, para Richard la segunda. En ese tiempo adoptaron a una niña, cuarta hija de la actriz.
Burton regaló a Liz impresionantes joyas, como el diamante amarillo 'Krupp', la 'Perla Peregrina' y el diamante de 69 quilates conocido como Taylor-Burton que le costó 1,2 millones de dólares.
Después de 10 años, se divorciaron.. durante 16 meses. Fuentes cercanas al matrimonio aseguraban que su relación estaba plagada de peleas, discusiones y alcoholismo. Para sorpresa de todos en 1975 decidieron volver a casarse en Botswana, pero en 1976 se divorciaron por segunda vez.
Tras su divorcio, Elizabeth subastó el diamante Taylor-Burton por 5 millones de dólares, los mismos que dedicó a la construcción de un hospital en Botswana. Actualmente pertenece a un coleccionista privado.
Richard siempre tuvo la sensación de ser un perdedor en Hollywood, y eso acrecentó su debilidad por el alcohol. Taylor, la niña mimada de la pantalla, solía enamorarse de hombres aparentemente fuertes, pero con una debilidad más o menos oculta que ella estaba dispuesta a sanar. La belleza de los dos y la atracción física que los unía dio lugar a un romance profundo y tormentoso que alimentó durante mucho tiempo la prensa rosa.
Elizabeth disfrutaba con los desahogos alcohólicos de Richard. Le encantaban la pasión y el dramatismo, como persona que había crecido entre la adulación y los cumplidos, necesitaba la tonificante realidad de una buena pelea.
Nunca dejaron de amarse. “Te echaré de menos con pasión y un pesar desaforado”, decía Burton. “Quizá nos hayamos querido demasiado... Recen por nosotros”, decía Taylor.
“Es una amante que te vuelve loco, es tímida, ingeniosa, no se deja engañar, es una actriz brillante, bella hasta extremos que superan los sueños de la pornografía, puede ser arrogante y obstinada, es clemente y cariñosa... Tolera mis imposibilidades y borracheras, es un dolor de estómago cuando estoy lejos de ella, ¡y me quiere! Y yo la querré hasta que me muera”, escribió Richard Burton a finales de 1968.
Elizabeth reveló en una entrevista con la revista Vanity Fair que en la última carta que le mandó Burton, tres días antes de su súbita muerte por una hemorragia cerebral el 5 de agosto de 1984. le pedía una nueva oportunidad y le decía que era mucho más feliz cuando vivía con ella y que quería “volver a casa”.
Ella guardó esa carta en su mesilla hasta su muerte.
Paramount Pictures está cerrando un acuerdo para desarrollar una superproducción sobre la tempestuosa relación de estos grandes actores, que dirigiría Martin Scorsese. La cinta estará basada en el libro "Furious Love", de Sam Kashner y Nancy Schoenberger. El libro cuenta con cartas de amor que escribió Burton, cedidas por Taylor. Desde la muerte de la actriz se ha incrementado el potencial del film sobre la relación. Se rumorea que Angelina Jolie y Catherine Zeta Jones compiten por interpretar el papel de Liz. Russell Crowe, Clive Owen y Colin Farrell, se barajan como posibles Burton.