Hace unos días que revisionaba una y otra vez, como parte de una clase de análisis fílmico, la maravillosa película El día de la marmota (Harold Ramis, 1993), me di cuenta de algo interesante: si bien el género romántico no es de mis favoritos, ni si quiera lo pondría en los tres primeros de mi lista, tengo varias películas que me han marcado significativamente y que contienen cine puro durante toda su estructura llegando a representar significativamente algo trascendental en la cultura popular de hoy en día. Es por ello que decidí inaugurar este nuevo especial, sumado a los otros que llevamos en el sitio, para compartir con ustedes una lista muy personal de filmes que retratan todas las vertientes del amor de una u otra forma. Esta es la primera parte, aún desconozco cuantas serán en total, pero espero pueda ser de su agrado y espero, de todo corazón, que igualmente ustedes compartan sus propios gustos y opiniones con un género fílmico que a día de hoy se mantiene como uno de los más redituables de la historia del cine. Empecemos.
Cinema Paradiso
Para los lectores asiduos de este blog, sabrán de antemano que está película es de mis favoritas de todos los tiempos y la número uno en mi lista de filmes románticos. Las razones son muchas y las trataré de explicar aquí. Cinema Paradiso, obra maestra del director italiano Giuseppe Tornatore, es un canto poético hacia el significado de la amistad, el amor y a la vida misma. Una amistad entre un pequeño niño y un cácaro, persona responsable de operar el proyector en un cine, a través de los años y de la inminente madurez del niño que sueña con el amor y el viejo que se aproxima hacia la muerte. Un relato de amor pero no hacia una mujer en particular sino hacia el cine mismo y lo que este mismo puede infundir en la vida de una persona. Y un relato sobre la vida que nos rodea y que nos dicta los caminos que seguiremos en este mundo.
Tornatore nos muestra una historia emotiva y sincera, sin jamás caer en el melodrama barato, entre un pequeño niño, Totó, un soñador que ama el cine, y Alfredo (un enorme Phillipe Noiret), un viejo gruñón que toda su vida ha dedicado a servir de proyeccionista en el cine local de la ciudad. Ambos personajes intercambiarán penurias y aventuras hasta formalizar una amistad que definirá en ambos personajes un futuro muy incierto. Luego de un terrible accidente en el cual Alfredo pierde la vista, Totó será el nuevo proyeccionista en el Nuevo Cinema Paradiso. ¿Pero ese es su destino? Totó con la ayuda de un sabio Alfredo descubrirán que el destino tiene planes muy diferentes para ambos, un plan muy diferente cuando una hermosa mujer se atraviese en la vida de Totó y le haga creer que la vida es como las películas cuando la realidad es muy diferente.
Una película que nos enseñara que el amor, en ese magnifico desenlace acompañado por la irrepetible música de Ennio Morricone, uno de los más hermosos en la historia del cine, es aquel que residen dentro de nosotros mismos desde que nacemos y que define nuestra futuro sin importar los tropiezos que tengamos en el camino. Una historia conmovedora que hace homenaje a toda una vida del cine y que nos presenta una historia sumamente humana y real en donde el amor verdadero se puede encontrar en el lugar menos esperado, en este caso una sala de cine. Inolvidable.
Casablanca
¿Qué se puede decir que no haya sido dicho de una de las películas más clásicas e inolvidables del séptimo arte? Una historia de amor que ha trascendido los años y que a día de hoy sigue siendo de visionado obligatorio para todos aquellos que amen el cine sin importar sus gustos cinematográficos favoritos. Basada en una obra de teatro, y dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por los inmortales Humphrey Bogart y Ingrid Bergman, esta cinta trágica sobre el amor, ambientada en la segunda guerra mundial, ha pasado a la posteridad no solo por la soberbia actuación de Bogart, sino por la ya mítica escena y dialogo final de la película: “Siempre tendremos París”.
Esa frase no solo resume el maravilloso guión, que contiene un repertorio de frases para la posteridad, sino que va a acorde a una historia de desamor entre dos individuos de clases diferentes y de caminos claramente muy distintos. Por azares del cruel destino, mismo que siempre juega un papel fundamental en este tipo de historias, los ex-amantes se volverán a reencontrar, luego de haberse conocido y separado en París, en Casablanca (Marruecos), lugar donde él administra una especia de casino-bar de alta exclusividad y ella llega con su esposo escapando de los nazis. Y si, adivinaron. Bogart es el único que puede ayudarlos a escapar del país e irse a Estados Unidos, situación que representa que él la volverá a perder y esta ocasión será para siempre. Esto señores y señoras esta jodido.
No por nada tiene el puesto, bien merecido, a mi parecer, de ser la mejor película romántica de la historia del cine. Un elenco espectacular sumado a una puesta en escena formidable y a una dirección soberbia por parte de Curtiz hacen de este clásico del cine una historia trágica de amor que traspasa la barrera del tiempo y que sirve de referencia para las cientos de otras historias que han intentado copiar la fórmula pero que penosamente no han podido captar absolutamente nada de esta joya fílmica. Si aún no la has visto estas a tiempo ya que ha salido una edición especial por su 70th aniversario, una pasada.
Los puentes de Madison
Pocos, o casi nadie, podría haber pensado que el tipo duro de las películas del lejano Oeste, como lo era Clint Eastwood, filmaría una de las películas más románticas que se recuerden en la historia del cine y en la época moderna. Basada en la novela del mismo nombre escrita por Robert James Waller, Los puentes de Madison cuentan la hermosa y trágica historia de amor entre Francesca, interpretada por una estupenda Meryl Street, una solitaria ama de casa residente en Iowa que cierto día conoce a un fotógrafo de National Geographic, Robert Kincaid (Clint Eastwood), quién ha llegado al condado de Madison para retratar los famosos puentes que presume aquél lugar.
Mientras el esposo e hijos de Francesa se encuentran fuera de casa, Kincaid entrará en la vida de esta última como un nuevo amor que hará que nuestra protagonista vuelva a tener un motivo para vivir alegremente cada día. Sin embargo es sabido, incluso desde antes de que nos lo digan, que dicha relación nunca podrá ser debido a los caminos tan distantes que los separan a ambos y que hacen referencia a los emblemáticos puentes. Ella tiene la oportunidad de empezar una vida al lado de un hombre perfecto que la trataría como la mujer más afortunada del mundo pero al mismo tiempo tiraría a la basura toda una vida al lado de su familia. Todos sabemos cual será su decisión pese a esa inolvidable secuencia bajo la lluvia que pretende ilusionar al público al hacerles creer que ella se irá con él. Lágrimas chicos, lágrimas.
Eastwood deja de lado su parte más ruda y machista para contarnos con total sinceridad y emoción un relato melodramático bien justificado y ejecutado perfectamente en dos actores que saben muy lo que hacen. Una historia de amor que es recordada con mucho cariño por este servidor y que debería ser obligatoria no solo para aquellos que sigan de cerca la filmografía de Eastwood sino también para todos aquellos que amen este tipo de historias imposibles que nos hacen querer cortarnos las venas.
El día de la marmota
La película con la cual inicie este especial dedicado al cine romántico debería de estar si o si en esta lista. De las que componen esta primera parte de la lista es la única que usa la fantasía para contarnos un amor imposible que terminará con un final feliz más que conmovedor y sumamente inolvidable. Bill Murray protagoniza esta fantástica historia de viajes en el tiempo que tiene como único objetivo recalcar una de las preguntas que el hombre se ha planteado por siglos: ¿Qué harías si el tiempo no pasará? ¿Qué harías si vivieras el mismo día una y otra vez? El director Harold Ramis y el guionista Danny Rubins crean esta maravillosa fábula sobre un sujeto amargado con la vida y con los demás, mismo al cual se le da la oportunidad de cambiar para siempre el quien es y quien puede llegar a ser si da una oportunidad a la vida.
Phil Connors (Murray) un reportero que se encarga de dar el estado del clima es asignado, nuevamente, para cubrir El día de la marmota, curioso evento que tiene lugar en el pequeño poblado de Punxsutawney donde cada 2 de Febrero la gente acude al centro de la ciudad para presenciar el veredicto de la marmota Phill, misma que puede presagiar un clima nevado o cálido. El magnifico personaje de Murray acude renuente a dicho evento y pretender irse de aquel lugar lo antes posible pero para su frustración estará más tiempo del que hubiese imaginado. Un encantamiento le hará repetir todos los días el 2 de Febrero y con el aprender más sobre la ciudad, su gente, él mismo y sobre Rita, interpretada por Andie MacDowell, su interés romántico. ¿Cómo enamorar al amor de tu vida un día completo solo para darte cuenta que tienes que hacerlo nuevamente?
La propuesta de Ramis y Rubins es muy acertada y meten todas esas interrogantes que los enamorados siempre hemos estado buscando. Una historia sumamente inteligente, divertida, romántica y trágica que nos hace replantearnos quienes somos y como interactuamos con los que viven a nuestro alrededor. Un amor imposible que hará que muchos se sientan identificados una y otra vez. Fantástico Murray en el mejor papel de su carrera. Una cinta para todos aquellos enamorados que piensan que nunca podrán conquistar al chico(a) de sus sueños.
Harold y Maude
La película con la que terminamos esta primera parte es quizás la única que ustedes no hayan visto y no les culpo, su distribución y difusión fuera de los Estados Unidos es mínima por no decir nula. Dirigida por el desconocido Hal Ashby y protagonizada por Ruth Gordon y Bud Cort, igual de desconocido que el director por estos rumbos, narra la historia de amor entre un joven adinerado que vive miserablemente con su espantosa madre, la cual lo desea casar inmediatamente, y la septuagenaria Maude, una simpática anciana con toda una vida recorrida y que afronta ahora con la mayor de las alegrías la inminente muerte. Esta claro que la película retrata polos opuestos, vida y muerte, y que además forma una pareja sentimental muy extraña pero que funciona a la perfección gracias al estupendo reparto actoral y a una dirección y guión increíblemente bien desarrollados.
Harold y Maude esta considerada por los expertos y críticos como una de las diez películas más románticas de la historia del cine y eso se nota al haber terminado de visionar la misma y quedarte a ver los créditos finales. Una historia hermosa y sublime, acompañada por una banda sonora perfecta, que nos reafirman otra vez que el amor no conoce barreras y mucho menos edades. La química entre ambos personajes es perfecta y los ingeniosos diálogos y absurdas situaciones la sitúan como una película sumamente divertida y que a día de hoy sigue funcionando a pesar de tener más de cuarenta años desde su filmación.
En estos días es casi imposible de conseguirla por acá subtitulada a menos de que la pidas en uno de esos sitios encargados de “reliquias y cosas imposibles de tener al alcance de tu mano” en EUA, pero si tu inglés anda bien la puedes encontrar completa en Youtube. Un relato sincero sobre dos individuos de clases muy distintos y con objetivos igual de diferentes en la vida, uno esta empezando su recorrido por la vida y el otro lo esta por terminar. Una cinta muy bonita que te sacará una agradable sonrisa en el rostro.
En próximo días la segunda parte.