Y de una ochentera como Shura que se pasa a terrenos menos accesibles pero igual de interesantes, a otra que parecía abonada a aquella década, y que sin embargo parece que se quiere reciclar en diva disco-house: la candiense Raffa Weyman, a quien aquí conocemos como Ralph, se tira de cabeza a los reflejos dorados de las pistas de baile de la era que resucitó el disco con una pista a la que es imposible resistirse. “Gravity” es puro 1990, y la dulcísima voz de Ralph planea con gran solvencia sobre los ritmos más vitaminados que hasta ahora le habíamos escuchado: gravedad cero, acompañamiento perfecto para los afortunados ¡ay! que aun buscan la banda sonora ideal para las noches de este verano.
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