Festival Internacional de Teatro de Mérida. Fotografía de Jero Morales/ Festival de Mérida
El turbulento presente de Grecia se encuentra en el punto de mira de Europa, y ahora su pasado esplendor cultural en Mérida. Y es que durante los meses de julio y agosto la localidad extremeña acogerá la 58 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico.
Hélade, Anfitrión de Plauto, Electra y Las Bacantes de Eurípides, La Odisea de Homero y Ayax de Sófocles han sido las obras escogidas en la edición de 2012, todas ellas griegas excepto Anfitrión, de origen latino. Así, el público podrá disfrutar desde la veganza divina en Las Bacantes o la fuerza del destino en Electra hasta el humor costumbrista de Anfritrión, pasando por la retrospectiva de la cultura helenística en Hélade y, por supuesto, las aventuras de los héroes clásicos más conocidos como Odiseo o Ayax.
No serán pocos los nombres conocidos que conformen el reparto de las obras que durante dos meses serán representadas en el Teatro romano de Mérida. Lluís Homar, Maribel Verdú, Roberto Álvarez, Ana Belén, “El Brujo”, Marcial Álvarez, José Vicente Moirón son sólo algunos de los artistas que darán vida a Electra, Anfitrión, Odiseo o Ayax.
Críspulo Cabezas, protagonista de Las Bacantes. Fotografías de Antonio Castro/ Festival de Mérida
El festival contará también con actividades complementarias, como será el ciclo de conferencias celebrado en el Museo Nacional de Arte Romano y que tratarán sobre las obras que forman parte de la programación. A ello hay que añadirle el Foro de Festivales , los pasacalles y talleres y diferentes actividades teatrales en el Templo Diana.
Las entradas pueden adquirirse ya en Internet por 12 euros cada función. Una alternativa económica para quienes quieran disfrutar de unas vacaciones culturales escarbado en los albores de la literatura y acervo europeo de nuestros tiempos.
El Brujo ya actuó en la edición anterior.. Fotografía de Jero Morales/ Festival de Mérida
Dafne Calvo
Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.
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