Texto y fotos: Luis Miguel Ruiz Gordón
El grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa) también es conocido como alacrán cebollero, es un insecto Ortóptero de mayor tamaño que el grillo común (Gryllus campestris) y ambos son inofensivos. Este último, es de color negro y suele resultar más común y conocido, tanto por su canto intermitente, como por su aspecto. El grillo topo es de color pardo, puede alcanzar hasta 46 centímetros de longitud y su canto es continuo y totalmente distinto al de su pariente más popular. Tanto uno como otro, son fáciles de oír, pero no tanto de observar, puesto que resultan muy tímidos y se esconden en sus guaridas al detectar el acercamiento de un peligro potencial. El orificio de acceso de la guarida del grillo común, suele estar en una pequeña irregularidad del terreno, semioculto entre la vegetación, cuenta tan solo con un orificio de acceso y la trayectoria del túnel subterráneo suele ser horizontal. En el caso del grillo topo, la madriguera puede estar en cualquier punto de un prado o baldío, la trayectoria del túnel discurre más perpendicular con respecto al suelo y lo más importante y definitivo para la identificación, es que el acceso suele disponer de dos agujeros que se unen en una misma galería bajo tierra con forma cónica. Este singular diseño parece responder a las necesidades sonoras de la especie y actúa como una peculiar cámara de resonancia que amplifica considerablemente el sonido continuo y estridente que emite el grillo topo durante su “canto”, pudiendo oírse a 2.000 metros de distancia.
Algunas aves actúan como eficaces controladores de estos animales. Un ejemplo muy concreto es la abubilla, especializada en capturar invertebrados ocultos bajo tierra. El grillo topo suele ser una presa habitual en su dieta.
Grillo topo adulto.
Madriguera de grillo topo con los dos accesos característicos de la especie.
Abubilla con una crisálida de mariposa capturada bajo la superficie del suelo.
En ocasiones el grillo topo es considerado una plaga. En países como Gran Bretaña, es una especie en peligro de extinción pero en España no está muy claro. Unas asociaciones dicen que sí y otras no están muy decididas a pronunciarse.
Para las personas que se encuentren con este tipo de problema en sus cultivos, existe una forma ecológica de reducir la plaga y es vertiendo una solución de agua con jabón en los agujeros. Lo que siempre deberemos intentar es no matarlos, sino sacarlos con vida para posteriormente echarlos de nuestro terreno.
Pero también se ha de decir que la presencia de grillos en pequeñas cantidades es beneficioso, ya que se alimentan de otros insectos, contribuyendo así a un equilibrio ecológico en el jardín.
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