El escenario es perfecto para la serie, Grimm: siniestros y paisajísticos bosques en Portland donde se dan misteriosos casos y castillos inmensos en Austria donde se tejen numerosas tramas y artimañas. Y un policía más que particular como protagonista. Casi teniendo un caso policial por cada capítulo, podríamos pensar que se trata de una serie policíaca. Pero no sería del todo cierto, aunque tampoco estaríamos del todo equivocados.
La serie tiene una comisaría como “tapadera”, como origen de todo, pero en realidad la serie podría funcionar de forma independiente a ella y no pasaría absolutamente nada. Pero, en fin, cosas de guión. En su trabajo diario como policía, el detective Nick Burkhardt, descubre que ve cosas que su compañero Hank no puede ver. La gente parece que tiene dos caras. Así es como empiezan a contarnos la historia de nuestro protagonista, Nick. Él es un grimm, una persona que puede ver a los wesen, personas que efectivamente tienen dos caras y se transforman en monstruos. La cosa es que Nick puede ver a los monstruos sin que ellos quieran ser vistos. Esto solo pueden hacerlo los grimms, este don le viene de sus antepasados, los cuales se dedicaban a cargarse a todo wesen viviente y anotar sus experiencias.
Los primeros capítulos enganchan bastante porque todo es nuevo, no es una serie de las que ya hayamos visto ni en la que pasen cosas corrientes que hagan de la serie una más. La trama tarda un poco en cobrar forma y de hecho hasta el día de hoy en esas anda la serie, con tres temporadas emitidas. Ha ido desarrollándose poco a poco, no sé si para que comprendiéramos el complejo mundo en que nos sitúan o por simplemente meter unos capítulos más. Pero lo cierto es que en algunos capítulos me he puesto a hacer otras cosas mientras que los veía, porque eran de relleno total. Pero menos mal que son pocos… Todo hay que decirlo, aunque esté recomendando una serie no puedo ser un vendedor turco y tengo que advertir de sus puntos débiles. Pero que no nos desanime que haya algún que otro capítulo chorra, la mayoría de los capítulos enganchan y sobre todo los escenarios en los que ocurren nos meten en la acción y en el entorno de una manera bestial. Quizá esta es una de las cosas que más me gusta de la serie, su ambientación. Muchos de los capítulos ocurren de noche, y cuando estamos en Portland, el entorno siniestro lo tenemos asegurado, calles oscuras, bosques… Es simplemente sublime la ambientación de cada capítulo (aún en los capítulos coñazo).
Por otro lado los personajes no dejan nada que desear, y poco a poco cada uno va adquiriendo una función dentro de la serie. Pero no voy a empezar la presentación de los personaje por el protagonista, voy a empezarla por el que es mi personaje preferido, o mejor dicho, EL personaje. Es un wesen, y sin él, el protagonista estaría más que perdido desde el capítulo piloto. Es un personaje bastante sencillo, relojero y con una vida apacible y vegetariana, a pesar de que es un blutbad, (una especie de lobo que se come todo lo que pilla con un poco de carne). Es quien ayuda a Nick en sus investigaciones y gracias al cual éste sabe que es un grimm. No dejará de sorprendernos en cierto modo este personaje, que a la vez es quien introduce el humor entre tanto lío de monstruos. Pero Monroe no es el único ayudante de Nick en la serie, también tenemos a Hank, inspector al igual que Nick, trabajan juntos, que más de una vez le saca las castañas del fuego al protagonista y es víctima directa de los líos en los que se mete el grimm. Qué sería de Nick sin estos dos personajes… Seguramente no podría haber serie.
Y por fin aquí tenemos al mimado de la serie, Nick Burkhardt (tantas veces mencionado). Los grimms generalmente se dedican a matar a los wesen, pero él es distinto a su manera y se tira el rollo de poli justiciero. Nick nunca sabe nada, jamás ha resuelto un problema por sí solo y suele depender mucho de los demás personajes. En parte eso no es tan malo porque así todos los personajes participan en todos los episodios dando más dinamismo y más acción.Pero si Nick empezase a ir al baño solito, tampoco se acabaría el mundo.
Por desgracia esto es solo una recomendación y hasta aquí puedo leer. Si hablase de algún personaje más acabaría en la hoguera y con razón, sus señorías. Grimm es una serie con pocos defectos pero, sin duda, su lacra son algunos capítulos de relleno hacia la mitad de temporada, pero lo compensa porque solo son dos o tres capítulos chorra en contraste con todos los demás. Me enganchó desde el principio solamente por los escenarios donde se ambientaba pero, a medida que la fui descubriendo, me enganchó mucho más allá de esa simple cosa estética. El planteamiento en sí está bien, lo único que se le puede achacar es una mayor independencia de la serie en general con respecto a la comisaría, aunque tiempo al tiempo. Hay intrigas, por supuesto, ya que la serie lleva en el ADN el género policíaco, aunque no sea en un 100%. El punto fuerte es todo lo relacionado con los wesen y su evolución con respecto a Nick (grimm), el cómo presentan al monstruo, cómo lo tratan y cómo lo sitúan en la vida real. Se llega al punto de asimilar a los distintos wesen como las diferentes personalidades que hay entre los humanos, y eso es lo que hace que los aceptemos no como monstruos, sino como uno más, lo cual me resulta muy interesante.
Es una serie sin duda digna de ser vista y ser comentada, sobre todo porque desde los primeros capítulos ya nos veremos envueltos en el mundo de Grimm, un mundo que ni podíamos imaginar antes de empezar verla.
Jorge (@JorgeJP_5)