En otra demostración de Messi, el Barcelona derrotaba al Sevilla 2-0 en el Sánchez Pizjuán. A menos de 5 minutos para el final del partido, Pep Guardiola estaba tomando agua y, al terminar de beber, tiró la botella para atrás con tanta mala suerte que le pegó a una persona sentada cerca del banco de suplentes. Al instante, el español ofreció sus disculpas.
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