Revista Cine

Guarrerías furgolísticas

Publicado el 02 marzo 2011 por Manuelmarquez
Desconozco si el furgol necesita de las polémicas para subsistir (abrigo serias dudas al respecto...), pero lo que sí parece claro es que los que las necesitan, y como agua de mayo, son los medios especializados en la materia. La última, en el ámbito del furgol patrio, es la planteada por la actuación, por partida doble (furgolística y “actoral”), del aguerrido defensa valencianista David Navarro en el partido que su equipo disputaba el pasado domingo frente al Athetic de Bilbao: a su amplio y variado repertorio de golpes (yo, en su lugar, me plantearía seriamente la posibilidad de pillar metal en Londres 2012 dedicándome al taekwondo...), unió una “performance” teatral que ni la mismísima reencarnación de Marlon Brando hubiera solventado con mayor garbo y eficiencia.
Guarrerías furgolísticasEn todo caso, lo que más me ha llamado la atención en relación con este asunto ha sido la apelación, por parte del protagonista principal de los hechos, a esa especie de código de honor del césped en virtud del cual se esgrime, por parte de quienes defienden a ultranza su vigencia, que lo que sucede en el campo, en el campo queda. No es el primero que lo hace, ni, sospecho, será el último: precedentes gloriosos tuvo, entre los que cabría citar, como ejemplar señero, a ese Hugo Sánchez que, junto a su enorme calidad furgolística y su capacidad goleadora estratosférica, siempre mostró una conducta muy poco deportiva, llegando a convertirse en uno de los contados casos de “temor inverso” de la historia de este deporte (en el furgol, es lo acostumbrado que sean los delanteros los que teman las tarascadas y tropelías de las defensas; en cambio, a Hugo Sánchez lo temían todas las defensas, de una punta a otra del planeta...), y que siempre plantaba por delante, como eximente de sus desmanes, el código de marras.
Y no sé a ustedes, amigos lectores; pero a mí, francamente, no me cuela. Lo que un furgolista hace en el campo es el fruto de sus decisiones y determinaciones, y una plasmación fáctica de su forma de ser, su idiosincrasia, su visión del mundo y de la vida. Es probable, no lo sé, que David Navarro sea un chaval espléndido en su vida cotidiana, un muchacho de conducta intachable y totalmente normal; pero, viendo cómo se comporta en el campo, cuesta bastante menos trabajo pensar en todo lo contrario. Y, en todo caso, esa “dualidad” no le exime de responsabilidad respecto a sus acciones sobre el césped, de ninguna de las maneras. En fin, que a mí me costaría mucho trabajo, incluso echándole toda la buena voluntad del mundo, tomarme unas cervecitas con quien unos minutos antes me ha dejado medio zombie de un codazo (sin que, por otro lado, se le vea muy compungido ni arrepentido por ello). ¿Cosas del furgol? Esa etiqueta prefiero reservarla para las “cosas” que hace gente como Messi, Xavi o Iniesta. Mejor. ¿No creen...?
* Pasión furgolera XV.-

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