GUATEMALA LA ETERNA PRIMAVERA
Agosto 2011 (21d del 15 de Agosto al 5 Septiembre)
Nos esperan 9 horas y 30 minutos hasta Atlanta, y después tres más hasta Guatemala. Este país centroamericano no había sido incluido en nuestra lista de destinos a visitar. La verdad es que su elección fue puro azar. Pero la sorpresa fue igual de increíble que lo que vivimos en el viaje. Nos hubiera gustado describir cada experiencia en su momento pero tal vez la información sea más detallada y útil ahora que revisamos el diario. Así que empecemos.
La llegada al aeropuerto de Guatemala fue a última hora de la noche. En todas las guías así como en los blogs que habíamos leído y en las noticias, ponían en sobre aviso su peligrosidad, por lo que decidimos ir directamente hasta Antigua a pesar de estar en horario nocturno. Antigua está a una hora más o menos del aeropuerto, unos 60km. Lo que hicimos fue contactar con el hostal que habíamos buscamos por internet y solicitar que nos vinieran a buscar. El precio del viaje fue de 11$ por persona. La moneda de Guatemala es el Quetzal y aunque se podía cambiar en el aeropuerto decidimos esperar a la ciudad porque habíamos cambiado a dólares nuestros euros en España (1$ =7,85Qtz). Si allí te quedas sin su moneda moverte en dólares es mucho más fácil.
En Antigua nos alojamos en el Holístico (200Qtz habitación privada baño compartido), en un hostal céntrico, limpio, con buenos precios y con César, su dueño, que no escatima esfuerzos para hacer tu estancia de lo más agradable y solucionar cualquier duda. A parte sus desayunos y cenas son dignos de chef.
Nuestra ruta para los 21 días la teníamos más o menos decidida, pero una vez allí siempre se termina cambiando cosas. Lo que no sabíamos es que la cambiamos por completo. Por lo que finalmente el itinerario que realizamos fue el siguiente:
Antigua — Chichicastenango — San Marcos /Lago Atitlán — Lanquin/ Samuc Champey
Río Dulce/ Livingston – Utila – Copan (Honduras) – Flores
ANTIGUA
Esta pequeña ciudad tiene un encanto propio, con sus casas bajas pintadas de amarillos, granates y naranjas, sus iglesias y conventos y como no sus muchísimas escuelas de Español para los americanos, es una fusión de cultura propia cohabitando con la juventud del norte de América. Están totalmente integrados y es gracioso escuchar como estos veinteañeros que hacen cursillos intensivos y están deseando hablarte para practicar el idioma y todos han desarrollado ese acento guatemalteco que te hace sonreír sin querer.
Nuestra primera visita fue a la Iglesia de la Merced, sinceramente, todos los edificios religiosos que podéis encontrar son más bonitos por fuera que por dentro, bajo nuestro punto de vista. Son edificios muy austeros en el interior pero la mayoría con cuidados acabados en sus fachadas. Esta no es una excepción. Caminando nos dirigimos a hacernos la foto de rigor bajo el Arco de Santa Catalina, emblema de la ciudad y que la identifica. Después seguimos nuestro paseo hacia el parque central, que se encuentra flanqueado por el ayuntamiento en un lado y la catedral por otro. El resto de puntos de interés marcados por la guía los fuimos recorriendo durante el día. Para comer paramos en Fridas, es un restaurante mejicano cerca del arco donde se come muy bien. Y para la cenar César nos recomendó la Tienda… no me acuerdo del nombre, es un comedor guatemalteco, en la plaza donde hay la Iglesia de la Merced (luego vimos que salía también en la Lonely por si lo queréis buscar) donde una anciana señora te enseña que tiene cocinado, normalmente hay Tamal, Pipián y alguna cosa más y tras escoger te sientas compartiendo mesa con los lugareños lo que te da la oportunidad de conocer un poco más y que ellos también sacien su curiosidad contigo.
Arco de Santa Catarina
El segundo día en Antigua nos fuimos ascender el Volcán Pacaya (2552m). La verdad es que no tuvimos un buen día y la niebla nos fastidió las vistas y como la lava, desde el año pasado que entró en erupción ya no fluye, no fue todo lo espectacular que nos hubiera gustado. Guatemala tiene unos 33 volcanes, por lo que sí os recomiendo como experiencia como mínimo subir alguno. Lo que si recomiendan es subir con guía, tal vez no sea aventurero pero nos encontramos con más de uno que subieron solos y les aparecieron un grupo de ladrones con machetes, no les atacaron porque solo querían dinero pero es pasar un mal rato para nada. Como se parte de alturas elevadas es un poco costoso pero apto para todos los públicos.
Volcán de Agua
CHICHICASTENANGO
A este pueblo, se le conoce y se le visita por su enorme mercado que se celebra cada jueves y sábado. Por lo que el atractivo es ir uno de estos días para poder ver el ambiente y comprar algún recuerdo para llevar a casa. Nosotros nos compramos una hamaca, la cual cargamos todo el viaje pero ahora desde casa puedo recordar el ritmo del Caribe y de este país en ella. Lo que sí nos dimos cuenta es que aquí todo va a su paso, lento pero va. El mercado es un poco caótico y hay un par de iglesias y un cementerio con todo de casitas de colores que vale la pena verlo. En la guía hablaba de una montaña donde se hacían ceremonias mayas, aunque no siempre se pueden ver. Así que probamos suerte y en nuestro caso subíamos solas y pensando que haríamos el camino en balde pero no, allí estaban con sus palomas y sus círculos una especie de chaman y un hombre y una mujer como purificándose. La verdad es que impresiona un poco este tipo de ritos en directo.
Chichicastenango
Después de pasear toda la mañana nos fuimos a la parada del “Chicken Bus” , bien digo parada por llamarle de alguna manera, porque realmente consistía en ponerse en una esquina donde paraban todos los autobuses y esperar en principio sobre las 12 de la mañana (después fueron casi las 14h) a que uno de ellos gritara que iba a Panajachel. Allí no hay tablones de horarios ni nada parecido, hay un señor que ayuda a los autobuses a subir la gente y sus cosas y la calle. Durante bastante rato pensamos que nos engañaban y que nunca llegaría pero sorprendentemente, oímos “Pana”, “Pana” y nos avisaron que era el nuestro. Subimos con mochilas y todo, sí que es importante no dejar las mochilas fuera o dárselas alguno de ellos porque a veces las roban y no es una buena experiencia.
Nuestro destino estaba a sólo 34km pero tardamos casi 45 minutos en llegar. Estos autobuses se paran en todas partes y los llenan hasta los topes, lo que representa que de un asiento de dos puedes acabar 5. No es la comodidad su fuerte pero si su precio. Debemos confesar, que únicamente tomamos uno como experiencia. Las zonas más visitadas tienen conexiones de Shuttles que son más rápidos para las distancias más largar pero para aquellos que lo prefieran si os podemos decir que hay muchas conexiones de autobuses locales y que la gente es de lo más amable y te ayuda en todo momento para que no te equivoques por lo que no es un problema moverte con su medio de transporte.
SAN MARCOS/ LAGO ATITLÁN
Una vez en Panajachel nos subimos a una barquita desde el puerto para llegar a San Marcos. Este es un pueblo muy pequeño y realmente tranquilo comparado con el resto del lago. Se puede decir que está colonizado por extranjeros que han montado sus hostales y sus lugares de meditación y han provocado que los locales asciendan a vivir más arriba en el volcán. La verdad es que después de visitar Santiago de Atitlán, horroroso para nuestro gusto y San Pedro, mucho más turístico, con más fiesta y gente podemos decir que escogimos bien. San Pedro tiene una parte más bonita en la zona alta donde hay todo el mercado de frutas y verdura y dónde puedes ver mejor el día a día de la gente que vive allí. Desde San Marcos se ven las mejores vistas del lago porque queda en frente los tres volcanes. Allí estuvimos en El Bosque Encantado (160 Qtz hab privada con baño). Los pueblos más indígenas no son los que se visitan habitualmente, ni dónde están los alojamientos. Si se tiene tiempo está bien parar en los más pequeños.
Si se quiere se pueden hacer excursiones a los volcanes o ir en canoa o meditar. Como nosotros no teníamos tres meses de viaje ni ninguno de estos objetivos, pasamos un par de días y luego nos dirigimos hacia Lanquin.
Lago Atitlán