Revista Cultura y Ocio

¡Guau, que pedazo de pepinazo!

Por Grisom_es @JuanjoOrtizCruz
El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 horas, el bombardero "Enola Gay", lanza una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. La tripulación, compuesta por 12 hombres está al mando del capitán Paul W. Tibbets y su segundo, Robert Lewis. Solo Tibbets sabe el contenido de la misión, los demás sólo intuyen que se trata de una misión muy especial.
Al poco de despegar de la base de la isla de Tinian, en las Marianas, el comandante conecta el piloto automático y sólo entonces informa a la tripulación del contenido de la misión. Era imprescindible que se mantuviera en secreto y en el caso de que resultaran abatidos, para no caer en manos de los japoneses, deben tragarse unas cápsulas de cianuro que Tibbets distribuye entre sus hombres. Él será el último en tomarla, ha de supervisar que todos lo hagan y si alguien se negara, tiene ordenes estrictas de dispararlo.
¡Guau, que pedazo de pepinazo!
Cuando llegan a su destino, lanzan la bomba y la tremenda explosión que le sigue deja a todos anonadados. Una versión cuenta que el copiloto Robert Lewis exclama:
¡Dios mío, Qué hicimos!
aunque tiempo después confesó que dijo algo menos socialmente correcto:
¡Guau, que pedazo de pepinazo!
Tras lo que comenzó a apuntar en el cuaderno de la misión los efectos que percibía, como la luz cegadora, el enorme hongo atómico que se elevaba, así como las bruscas sacudidas a las que eran sometidos debido a la onda expansiva.
¡Guau, que pedazo de pepinazo!
También durante años se extendió la leyenda de que Tibbets o, al menos, alguno de los miembros de su tripulación, enloqueció ante la magnitud de la matanza cometida, por lo que entró anónimamente en un convento, que algunos situaron en España. Nada mas lejos de la realidad, no se conoce que ninguno de los 12 tripulantes del Enola Gay se arrepintiese nunca de lo que habían hecho. Posiblemente se deba a una confusión ya que algún miembro de los aviones meteorológicos y de observación que les acompañaban tuvo serios trastornos de comportamiento tras la Segunda Guerra Mundial.
Para saber más:
La Tercera
El Mundo
Diagonal

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