El emperador Goyozei era estudiante de Zen bajo la tutela de Gudo.
Un día el emperador preguntó:
-En Zen esta mente es el Buda, ¿correcto?
-Si digo que sí, pensarás que entiendes sin entender. Si digo que no, estaré contradiciendo un hecho que muchos entienden muy bien. – Respondió Gudo.
Pasó el tiempo y otro día el emperador preguntó:
-¿A dónde se va la iluminación cuando un hombre muere?
-No lo sé.- Respondió Gudo.
-¿Pero porqué no sabes?- Quiso saber el soberano.
-No he muerto.- Apuntó Gudo y caminó hacia el jardín.