Revista Opinión

Guerra de Sudán

Publicado el 13 abril 2012 por Vigilis @vigilis
Con la invasión de Sudán del Sur de los campos petrolíferos de Heglig, en territorio sudanés y explotados por China, ya se puede hablar de guerra abierta entre los dos países africanos. Una guerra muy curiosa en la que hay motivos ancestrales de conflictos tribales espoleados por intereses inmediatos de occidente y de nuestros enemigos.
Guerra de Sudán
Es injusto y poco recomendable simplificar las cosas, pero es necesario para poder hablar sobre el tema. Si tuviera que resumir mucho las características de los bandos en guerra, diría que Sudán del Sur es prooccidental y Sudán, pro-chino y pro-iraní. Al mismo tiempo, vemos en el conflicto religioso, cómo Sudán es un país que aplica la Sharia y en el sur son básicamente animistas con dos importantes minorías cristianas y musulmanas.
Tras la independencia de Sudán del Sur, han tenido lugar varias reuniones para establecer los límites fronterizos entre los dos países. Los campos de Heglig, están en la región de Kordofán del Sur, una zona en litigio de la que Sudán -o la China National Petroleum Corporation- reclama explotar su petróleo sin dar un céntimo al gobierno de Yuba. Sin embargo, de la explotación petrolífera de Sudán del Sur, Sudán sí reclama que se prorrogue el acuerdo de quedarse con un 50% de los beneficios, ya que para poder exportar, Sudán del Sur necesita el oleoducto y la salida al mar de su vecino del norte.

Guerra de Sudán

Soldado sursudanés con gafas de sol, pasea por un campo petrolífero

Las escaramuzas que se vienen dando desde diciembre -si mal no recuerdo- han pasado a una segunda fase en la que ya participa plenamente la Fuerza Aérea de Sudán, con sus MiG-29 Fulcrum. Por su parte, el ejército sursudanés parece que está poniendo bastante brío en adquirir sistemas de defensa aérea: misiles interceptores y radares, básicamente. No está claro si esta fuerza la desplegarán en los campos de refugiados -que denuncian que bombardea Sudán- o en los campos de petróleo tomados por su infantería.
Con la independencia, Estados Unidos levantó el embargo de armas al nuevo país, pero lo mantiene para Sudán -un estado canalla-. Esto no obsta para que Sudán pueda proveerse en el mercado de armas chino e iraní. Otro dato: en Israel hay 7.000 de refugiados sursudaneses que el gobierno de Jerusalén espera repatriar, pagándoles el billete y con 1,700 dólares en mano (más que la renta per cápita sursudanesa). No es difícil saber a qué se destinará ese dinero.
Los dos gobiernos han aceptado reunirse a propuesta de la Unión Africana para ponerse de acuerdo en la delimitación de su frontera y en la negociación de los beneficios del petróleo. Sin embargo, parece que mientras se estén disparando no van a sentarse a decidir cómo dejar de dispararse. Lo que me sugiere que los dos gobiernos carecen de un control absoluto sobre "sus" fuerzas.

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