Alfonso Guerra presenta su libo de memorias
En el artículo anterior se citan las revelaciones de Alfonso Guerra, A.G. (ex vicepresidente del gobierno socialista de Felipe González), en su tercer tomo de memorias, sobre la persecución al banquero Mario Conde. Con relación al famoso ex juez prevaricador Baltasar Garzón, dice en su citado libro el ex vicepresidente cosas tan jugosas como las siguientes: Cuando el juez Garzón entró en las listas del PSOE en 1993, este pidió al partido cobrar una compensación por abandonar sus funciones como juez. Guerra estuvo de acuerdo, pero había de hacerse de manera legal y con firma del recibo. Garzón según cuenta Guerra, no aceptó, así que finalmente no recibió ningún tipo de remuneración A quienes han seguido de cerca la trayectoria biográfica del ex magistrado, las revelaciones de A. G. no les han sorprendido lo mas mínimo pues ya se sabían sus estrechas relaciones con el banquero Botín, y se conocían también, a través de los testimonios de algunos de sus colegas magistrados así como de los justiciables que le padecieron, de su escasa profesionalidad como juez instructor, de su egocentrismo teatral y sus ambiciones desmedidas de publicidad que al final le costaron la condena del CGPJ. Por eso, cuando ahora A.G. ha dicho lo que ha dicho, no hace más que constatar una realidad bien conocida por los que se mueven en las esferas políticas, económicas y judiciales. Alfonso Guerra, que ha sido una especie de conciencia malvada de los socialistas españoles, en su libro de memorias, no se ahorra críticas a Felipe González y a su corte de "aduladores": Joaquín Almunia, Javier Solana, Carlos Solchaga, José María Maravall, Joaquín Leguina, Narcís Serra,el periodista Javier Pradera, Manuel Chaves, José Luis Rodríguez Zapatero, Elena Salgado, y otros. Por el libro pasan todos los que fueron y muchos de los que son....una larga lista de políticos socialistas que jugaron un papel importante en las diferentes legislaturas socialistas. Hombre minucioso, intrigante y trabajador, Guerra fue uno de los artífices de la actual Constitución. Ahora, en su senilidad, en medio de la crisis política e institucional del pais, Alfonso Guerra trata de eludir sus responsabilidades durante aquel oscuro periodo histórico de finales de los 80 y principios de los 90, en el que los casos de Filesa, la guerra sucia de los Gal y los pelotazos económicos presidieron la acción de un Gobierno al que pertenecía. Aunque quizá ya sea muy tarde.
F.J.de C.