¿Cuántas veces le has estado dando vueltas a que sistema de escape instalar en tu coche? ¿Le cambio solo el silencioso? O ya que estoy, ¿Me lío la manta a la cabeza y cambio toda la línea? Estas son algunas de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez, a la hora de modificar el sistema de escape. Pero probablemente, la que todo el mundo se hace y en la que las respuestas son tan diferentes dependiendo a quien le preguntes es: ¿Ganaré algo de potencia?
Pues bien, si todavía sois de esos que tienen la máxima grabada a fuego de “burro grande ande o no ande” y pensáis que un escape más grande, significa más potencia, hoy os traemos una guía de lo que hay que saber sobre los sistemas de escape y sobre cómo aumentar el rendimiento del mismo.
Dicho esto, no hay nada malo en basar nuestra elección del escape teniendo en cuenta su sonido o su aspecto final, sobre todo si tu objetivo es única y exclusivamente que suene y quede bonito. Pero si la finalidad, es sacarle algo de partido en cuanto a rendimiento se refiere, todo cambia. Vamos a dividir este pequeño resumen en 3 partes, para que podáis comprender que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un buen sistema de escape.
¿Cuáles son las partes de un escape?
Colectores de escape o “headers”
Este es el primero punto de contacto de los gases de escape después de salir de la culata. Es una de las piezas que normalmente más se modifican, retirando los pesados colectores de fundición de serie por unos tubulares más ligeros. La idea detrás de la sustitución de los colectores de escape se puede reducir a tratar de conseguir aumentar el diámetro interior de las tuberías además de incrementar la expulsión y el barrido de gases de la manera más óptima.
Catalizador
Este elemento es el encargado de que todavía podamos respirar el aire en las ciudades con un tráfico muy denso. Recoge el NOx, los CO y los hidrocarburos no quemados que proceden de los gases de escape y los “convierte” en N2, O2, CO2 y H20, mucho menos perjudiciales para el medio ambiente.
Tubería
Es ideal no tener los gases de escape del motor directamente debajo del coche llenando de humo el habitáculo. Por eso, necesitamos algunos tubos para conducir el aire hacia otras partes del coche sin que nos afecten.
Resonador
Aunque no es una parte necesaria de un sistema de escape, a veces, se incluye para ayudar a eliminar parte del ruido. El resonador trabaja rechazando las ondas sonoras para que se anulen entre sí, y por lo general, están afinados en una frecuencia especifica donde el ruido del motor podría ser demasiado ruidoso o indeseable.
Silencioso o “muffler”
Hay muchos tipos de silenciadores, pero el objetivo principal de todos es más o menos el mismo: eliminar el ruido. Una de las formas más comunes de trabajar de los silenciadores es redirigiendo el flujo de aire. Por el camino, los gases de escape pasan a través de tuberías porosas que permiten que los gases de escape se expandan en el material de aislamiento acústico que lleva el silencioso en su interior, lo que minimiza el ruido que finalmente sale por el tubo de escape.
¿Por qué debería mejorar mi escape?
Probablemente, cuando cambiamos los componentes del sistema de escape, lo primero que se nos viene a la cabeza es saber si hemos mejorado algo el rendimiento. Es importante entender que la velocidad de salida de los gases de escape es una de las claves para su rendimiento. Cuando el motor está a bajas revoluciones, la cantidad de gases que salen por el escape es baja, por lo que la velocidad de salida también lo es. Podríamos aumentar la velocidad de salida de estos gases mediante el uso de un tubo con un diámetro más pequeño, pero esto crearía una gran restricción cuando usáramos la zona alta de revoluciones del motor.
El barrido de gases hace que un sistema de escape sea más eficiente. Dicho barrido, tiene una zona de alta presión que barre los gases hacia fuera del motor, seguido de una zona de baja presión que ayuda a barrer el resto de gases de escape hacia fuera, es decir, el pistón tiene menos esfuerzo que realizar cuando se está llevando a cabo la expulsión de los gases de escape. En definitiva, el objetivo es que la velocidad de escape sea lo más rápida posible con la menor restricción, que por supuesto, no es algo tan simple como escribir esta frase.
La idea, es aumentar el diámetro de escape en proporción a la cantidad de gases de escape que creamos que nuestro motor genera. Esto reduce la restricción y permite un mayor flujo. Resumiendo, si has modificado el motor, tendrás que modificar el escape para poder permitir un mayor flujo de aire.
Y llegados a este punto, ¿Por qué crees que deberías cambiar el sistema de escape? Pues bien, esta pregunta tiene mucho sentido para aquellos que tienen pensado entrar en un circuito, o aquellos que están obsesionados con que la aguja del tacómetro este siempre merodeando la “zona roja”. Si este es tu caso, deberías de mejorar el sistema de escape para obtener una menor restricción en la salida de los gases. Dicho esto, esta modificación es un punto muy importante a tener en cuenta a la hora de empezar a mejorar el rendimiento de nuestro motor.