Cuando se produce un accidente nuclear y una tragedia de las dimensiones que tiene terremoto de Japón es lógico que se produzcan ciertos niveles de confusión y que se publiquen algunas inexactitudes. Este artículo no pretende señalar los errores de nadie en concreto, sino contribuir a mejorar la comprensión del verdadero alcance del accidente nuclear, dentro de su gravedad. Muchos medios y usuarios han hecho una cobertura excelente de los hechos sin anticipar catástrofes que, aunque pueden ocurrir, aún no han sucedido. En otros casos, sin embargo, se han cometido errores llamativos y fácilmente subsanables con un poco de información.
- “Fusión nuclear” no es igual que “fusión del núcleo del reactor nuclear”. Aunque se emplea con frecuencia el término "fusión nuclear", esto no tiene nada que ver con que se funda el núcleo de un reactor, que es en realidad una fundición: el material se funde y la reacción se vuelve más inestable y se descontrola.
- No es posible una "explosión nuclear". Estamos hablando de centrales nucleares y ha habido varias explosiones, pero eso no significa que podamos hablar de "explosión nuclear". Lo que ha explotado es la acumulación de hidrógeno y oxígeno en el edificio de contención, elementos que provienen de la disociación del vapor de agua (H2O) a muy elevadas temperaturas. La probabilidad de que se produzca una "explosión nuclear" como la de Hiroshima es nula, puesto que se requiere un complejo proceso que incluye uranio enriquecido y cantidades que no se encuentran en una central nuclear aunque se funda el reactor. No hay suficiente masa crítica de material fisible. En la vorágine informativa algunos medios han ilustrado sus informaciones de manera incorrecta o amarillista. Así, algunos medios británicos incluían fotos de hongos nucleares para ilustrar la información, o imágenes de refinerías explotando.
- No es un nuevo Chernóbil. Que éste sea el accidente más grave desde el accidente de Chernóbil no quiere decir que sea igual que el accidente de 1989. Las diferencias con el accidente de Chernóbil son claras pero en ocasiones no se ha explicado bien. Aparte del nivel de alerta (en una escala del 1 al 7 aquí estamos hablando de nivel 4 y en Chernóbil del 7), la estructura de la propia central está pensada para que no ocurra algo semejante. En Chernóbil no había edificio de contención y, una vez que se fundió el núcleo del reactor, el material salió al exterior. En Fukushima, en el caso de fusión del núcleo aún tendría que dañarse la vasija y el edificio de contención, y las autoridades japonesas aseguran que siguen intactas.
- Que el núcleo se funda no significa necesariamente catástrofe. El núcleo se puede fundir y las consecuencias y alcance del accidente puede ser limitado. El caso más parecido es el de la central de Three Mile Island , donde se fundió parte del reactor y no se rompió la vasija. Siendo grave, dista mucho de los niveles de contaminación que provocó Chernóbil. En algunos medios se han emitido explicaciones de expertos sobre qué pasaría si el material fundido escapase de la vasija de contención, omitiendo la parte en que se explica qué papel tiene el edificio de contención. La central cuenta con una tercera barrera de contención, en el suelo, pensada exclusivamente para un caso de fusión del núcleo y recoger todo el material sin que se transfiera al exterior. Como indican Josef Oehmen, científico del MIT, en un ilustrativo artículo "suele construirse de tal forma que el combustible nuclear se esparcirá, permitiendo que se enfríe".
- Las explosiones no han sido en la vasija nuclear. A pesar de las informaciones contradictorias, lo que ha explotado es el hidrógeno en el edificio de contención. La última explosión, en el reactor 3, tampoco ha dañado la vasija del reactor, con lo que aún no estamos en ese escenario que algunos han anticipado.
- No hay imprevisión de las autoridades. Otra diferencia fundamental con Chernóbil. Por lo que sabemos hasta ahora, el protocolo de seguridad y los pasos que han dado los japoneses han sido los más sensatos, según los expertos. La evacuación preventiva de la zona ha permitido descomprimir la presión mediante emisiones de vapor a la atmósfera. La población ha recibido dosis de yodo para contrarrestar los posibles efectos de estas dosis de radiación. En Three Mile Island se emitieron toneladas de gas radiactivo a la atmósfera y los estudios realizados sobre la población demuestran que no hubo daños a las personas, ni inmediatos ni a largo plazo.
- No hay una "nube radiactiva". Por la red se están difundiendo mapas con las consecuencias de la extensión de una nube radiactiva por el Pacífico. De momento no existe tal nube, sino emisiones para controlar la presión del reactor que, dado que la población ha sido evacuada, no parece que vayan a tener un impacto sobre la salud. Las detecciones de radiación no permiten hablar, por ahora, de una gran nube radiactiva, aunque la flota estadounidense haya reportado niveles bajos de radiación en uno de sus barcos. El Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear) aseguraba esta misma mañana que la baja intensidad de la radiación liberada en las centrales nucleares japonesas y las medidas de precaución tomadas por las autoridades permiten descartar, de momento, cualquier efecto en la salud humana. Según este organismo, "todas las emisiones (radiactivas) que se han producido son de muy bajo nivel".
- No existe el llamado “síndrome de China”. Esta hipótesis se hizo popular tras la película del mismo nombre de 1978, poco antes del accidente de Three Mile island. Se llama así por el temor a que una fusión descontrolada penetrara a través de la Tierra hasta llegar a las antípodas. Ni siquiera en Chernóbil, donde el núcleo se fundió y salió al exterior, se produjo nada parecido a este extremo.
Fuente: La Información
Imagen: The Great Beyond
Revista Ciencia
Guía práctica para conocer qué ocurre y puede ocurrir en la central nuclear de Fukushima
Publicado el 14 marzo 2011 por EnergeticafuturaSus últimos artículos
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