Hace unos días el New York Times publicó un preocupante artículo sobre una adolescente con problemas de salud mental que recibía 10 diferentes psicofarmacos durante cuatro años. Este es un ejemplo preocupante de cómo la polifarmacia (describir múltiples medicaciones) puede ser mal usada y generar más problemas cuando las personas no responden al tratamiento.
Es muy importante que los padres puedan estar informados y tomar las mejores decisiones a la hora en iniciar un tratamiento. Es necesario que sepan qué tipo de medicamento se prescribirá, cuales son las mejores prácticas y cómo reconocer las señales de alarma para que puedan buscar, en caso de ser necesario, una segunda opinión.
Para mejorar el acceso a la información, hemos traducido y adaptado una completa guía publicada en The Child Mind Institute, una reconocida institución estadounidense que se especializa en la publicación de recursos informativos sobre los tratamientos infantojuveniles.
Hemos publicado la guía completa y también prepararnos una versión optimizada PDF para que puedas imprimir y compartir en la consulta.
Guía para descargar
Descarga la guía completa Inicia tu membresíaCada vez más niños con problemas emocionales o de comportamiento están siendo tratados con más de un medicamento, una práctica llamada polifarmacia. Esta guía describe lo que los padres deben saber para tomar decisiones informadas sobre la medicación de su hijo, especialmente cuando hay más de una en cuestión.
Riesgos y beneficios
Tomar decisiones sobre la medicación para un niño con problemas emocionales o de comportamiento puede ser intimidante, especialmente cuando se trata de más de un medicamento.
Cuando los niños tienen síntomas psiquiátricos complejos o no responden adecuadamente a un medicamento que están tomando, los médicos suelen recomendar que se añada otro medicamento.
Tomar múltiples medicamentos psicoactivos se llama “polifarmacia”. Y los estudios muestran que el número de niños que toman más de un medicamento se está disparando.
La combinación de medicamentos puede ser efectiva cuando son recetados y controlados cuidadosamente por un médico experto en su uso en niños. Pero es importante que los padres estén informados sobre los riesgos inherentes a la adición de medicamentos, y sobre las señales por las que habría que preocuparse en lo referente a una prescripción médica.
¿Por qué le dan a un niño más de un medicamento?
Estas son las razones más comunes por las que un médico puede recomendar que se añada un medicamento:
De la misma manera que se pueden tomar dos medicamentos si se tiene tanto la presión arterial alta como el colesterol alto, algunos niños toman múltiples medicamentos porque tienen más de un trastorno. Por ejemplo, es común que un niño que tiene TDAH también tenga ansiedad o depresión, y ambos pueden ser tratados con medicamentos.
Cuando un medicamento no está ayudando lo suficiente, su médico puede proponerle que añada una segunda medicina para aumentar el efecto de la primera. Por ejemplo, si su hijo tiene TDAH y no ha mejorado lo suficiente con un medicamento estimulante, el médico podría intentar añadir un medicamento no estimulante que también ayude con los síntomas del TDAH.
Cuando un medicamento está ayudando pero tiene efectos secundarios preocupantes, es posible que su médico pueda evitarlos reduciendo la dosis. Luego podría agregar un segundo medicamento para tratar los síntomas restantes. Por ejemplo, si su hijo no puede tolerar una dosis efectiva de un medicamento estimulante, su médico podría reducir la dosis y añadir una receta para un no estimulante.
A veces se añaden medicamentos para contrarrestar los efectos secundarios de la primera receta sin reducir su dosis. Por ejemplo, si su hijo con TDAH tiene problemas de sueño como efecto secundario, su médico podría recetar algo para contrarrestar el insomnio. En la mayoría de los casos, es preferible reducir la dosis o cambiar de medicamento, pero en algunos casos se prefiere esta opción.
¿Es seguro tomar más de un medicamento?
Hay muy pocas pruebas científicas sobre la seguridad y la eficacia de múltiples medicamentos en los niños. Pero la evidencia clínica sugiere que los “cocteles” de medicamentos pueden ser seguros y eficaces cuando los prescribe un médico muy bien informado sobre los medicamentos y con amplia experiencia en el tratamiento de niños con éstos.
La experiencia en el tratamiento de adultos no es suficiente para guiar el tratamiento de niños, porque los niños, cuyos sistemas nerviosos aún están madurando, no siempre responden a la medicación de la misma manera que los adultos.
Sin embargo, no se deben agregar medicamentos en lugar de los tratamientos conductuales que han demostrado ser efectivos para niños con muchos problemas, incluyendo el TDAH, la ansiedad, la depresión y el comportamiento problemático. La combinación de un solo medicamento y un tratamiento conductual debe ser considerada cuidadosamente antes de agregar más medicamentos.
¿Qué podría salir mal?
El riesgo de la combinación de medicamentos es que pueden interactuar de manera que aumenten los efectos secundarios incómodos o perjudiciales. Por ejemplo, explica el Dr. Ron Steingard,psiquiatra de niños y adolescentes del Child Mind Institute, se pueden producir efectos secundarios superpuestos. Si un medicamento causa una sedación leve y el segundo hace lo mismo, el resultado puede ser tanta sedación que la niña no es ella misma y no puede mantenerse despierta.
Otro tipo de interacción que puede ser problemática, añade el Dr. Steingard, puede ocurrir si dos medicamentos utilizan la misma vía metabólica, el mecanismo en el cuerpo que los descompone y los conduce al objetivo. Si esa vía se ve abrumada, puede crear una acumulación de medicamentos, causando el tipo de efectos secundarios que se verían con una dosis mucho más alta de uno de los medicamentos.
¿A qué hay que estar atento?
Su médico debe tener una formación específica y experiencia con los medicamentos que están siendo prescritos a los niños, no sólo a los adultos.
Los medicamentos para su hijo no deben ser prescritos por dos médicos diferentes, a menos que coordinen su atención y se comuniquen estrechamente entre sí. Si hay dos médicos en el equipo de tratamiento de su hijo, uno de ellos deberá asumir la responsabilidad.
Cada vez que se introduzca un medicamento, su médico debe especificar claramente de qué se trata. También debe identificar los síntomas que se espera que trate y cómo medirá si el medicamento está ayudando a su hijo.
Con cualquier medicamento nuevo, su médico debe explicar los efectos secundarios a los que debe prestar atención, así como cualquier cosa que pueda indicar que su hijo está teniendo una mala reacción.
Si un medicamento no está funcionando o sólo está ayudando muy poco, también puede ser una señal de que el trastorno ha sido diagnosticado erróneamente. Es importante que su médico vuelva a evaluar eldiagnóstico y el tratamiento antes de añadir otros medicamentos.
Antes de que un niño comience a tomar un segundo medicamento, se deben explorar otros apoyos. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que los medicamentos estimulantes para el TDAH pueden ser eficaces en dosis más bajas cuando se combinan con tratamientos conductuales.
Si su hijo está experimentando efectos secundarios de un medicamento, es aconsejable explorar la posibilidad de reducir la dosis o cambiar de medicamento antes de añadir otro para tratar los efectos secundarios.
Cinco criterios para la adición de medicamentos
Ningún niño debe comenzar a tomar dos o más medicamentos al mismo tiempo. Los medicamentos deben introducirse de uno en uno, lo que le permitirá a usted y a su médico controlar los efectos secundarios que se produzcan, y medir los efectos en su estado de ánimo y su comportamiento.
Si su hijo está tomando más de un medicamento, las dosis deben cambiarse de una en una. Es imposible evaluar el efecto de cada cambio si se altera más de uno.
Los nuevos medicamentos deben añadirse y los cambios de dosis deben hacerse cuando la vida y la rutina de su hijo sean lo más estables posible. Es necesario evitar momentos como el comienzo de un nuevo año escolar, las vacaciones, el traslado a una nueva casa o una enfermedad médica.
Cuando cambie o añada medicamentos, es importante que se lo comunique a todos los miembros del equipo de su hija, incluidos sus maestros y otros cuidadores, y que se ponga en contacto con ellos para saber cómo le está yendo.
Cuando evalúe los efectos de un medicamento, es importante que tenga en cuenta otros cambios en la vida de su hija en el hogar y en la escuela que puedan afectar a sus emociones y su comportamiento. No asuma que cualquier cambio es resultado de la medicación.
¿Su hijo toma demasiados medicamentos?
Si le preocupa que su hijo esté tomando demasiados medicamentos diferentes, o que no le vaya bien con ellos, el Dr. Steingard le recomienda que el primer paso sea acudir al médico que le prescribió el medicamento para comunicarle sus preocupaciones. Dígale a su médico que le gustaría obtener una segunda opinión. Es su derecho, y es común en otras áreas de la medicina. Un buen médico le brindará apoyo y podrá ayudarle a encontrar otro médico para revisar el caso de su hijo.
¿Quiénes corren más riesgo de tener problemas?
Los niños que corren mayor riesgo por tomar múltiples medicamentos que podrían ser perjudiciales son aquellos con comportamiento problemático o peligroso.
Cuando los niños son inmanejables en casa y en la escuela, los médicos generalmente prueban cualquier herramienta farmacéutica disponible para ayudarlos. Si un medicamento ayuda un poco, pero no lo suficiente, los médicos pueden añadir más medicamentos para tratar de obtener un mejor resultado. Y otro. Y así sucesivamente.
El Dr. Steingard, que ha visto a niños que toman hasta una docena de medicamentos, recomienda explorar los apoyos conductuales antes de usar múltiples medicamentos.
Si una niña con un trastorno de aprendizaje o de atención se siente frustrada en la escuela, debe tener apoyo en ella. Si está fuera de control en casa, el entrenamiento de los padres puede ser muy útil. La ansiedad y la depresión, que también pueden ser causa de agresión, responden bien a los tratamientos conductuales.
Pensar más allá de la medicación es una parte importante de la solución de problemas complejos que frecuentemente son pasados por alto.