Catalunya esconde verdaderas joyas, así que tras una escapada de fin de semana a una casa rural, a nuestra vuelta a Barcelona decidimos hacer una paradita para visitar algún pueblecito. Así fue como descubrimos Guimerà, un pequeño pueblo de poco más de 300 habitantes en la provincia de Lleida declarado "Conjunto histórico - artístico" en 1975.
Tras aparcar en la calle principal en la parte baja del pueblo, nos dirigimos hacía la primera calle que encontramos para subir al casco antiguo. No teníamos ninguna ruta concreta, más que la idea de perdernos por sus bonitas calles empedradas observando cada detalle.
Muchas de sus calles conservan los arcos típicos de la época que junto a sus casas de piedras, los detalles decorativos de puertas y ventanas y la estrechez de calles y pasadizos te tele transportan a un pasado medieval. Con la sorpresa añadida de preguntarnos ¿Cómo no habíamos oído hablar de esta pequeña joya, hasta entonces?
Siguiendo nuestra ruta al azar llegamos a la parte alta del pueblo donde se encuentra las ruinas del que fue el Castillo de Guimerà y del que solo se conserva una Torre a la que se puede subir gratuitamente si el viento no te lo impide.
Desde lo alto de la Torre descubrimos una villa medieval con su trazado, sus tejados, su iglesia y una excelente panorámica del valle del río Corb. Por un momento llegamos a viajar al pasado para soñar con esos vigías que hacían guarda en lo alto de esta torre pasando, seguramente, mucho frío.
Tras bajar de la Torre nos dirigimos hacía la iglesia de Santa Maria de estilo gótico del s. XIV donde destaca un bonito pórtico de estilo románico.
Finalmente, tras perdernos por el laberinto de calles, llegamos a la esperada Plaza Mayor. Aunque en esta ocasión volvimos a los años 60 a juzgar por la decoración de la Panadería, el Museo y el restaurante que ese día estaba cerrado.
Tras la visita terminamos comiendo en el restaurante Sant Jordi que se encuentra justo en el otro lado de la carretera principal, tras cruzar el río Corb y que además ofrece unas bonitas vistas del pueblo desde su terracita.
Como curiosidad, a unos 2km de Guimerà en la carretera en dirección a Barcelona, se encuentran las ruinas de lo que en su día fue el Monasterio de Vallsanta. Habitado entre 1235 - 1589 cuando fue abandonado por las monjas que residían en él. Está vallado así que no podréis entrar, pero desde la misma carretera puede verse perfectamente.
Así que ya sabéis, si os gustan volver al pasado visitando pueblos con historia medieval añadid Guimerà a vuestra lista 😉