Mientras estaba en la aldea de vacaciones se producía la cosecha del guisante. Me dieron guisantes por cubos así que me pasé un par de días embotando y congelando guisantes sin tregua. Esto es solo una parte de todos los tarros que salieron.
Tres cubos como este nos trajeron a casa por sorpresa y recién cogidos.
Primero hay que lavarlos y los que vayamos a congelar tendremos que extenderlos bien para que se sequen para que luego no salga escarcha. Si son pocos en un paño de cocina bastará
pero si son muchos como en mi caso habrá que poner una colcha vieja y bien limpia en el suelo y extenderlos para que se sequen bien.
Cuando estén bien secos los vamos poniendo en bolsas y al congelador. Esto es para congelarlos.
Para hacer la conserva no es necesario que se sequen pero sí que estén bien lavados. Los tarros sirven los que guardamos en casa pero las tapas que estén deformadas, golpeadas o con algo de óxido habrá que desecharlas. Tanto los tarros como las tapas se pueden adquirir en las ferreterías. Tendremos que cocer los guisantes por tandas. Pondremos dos cazuelas, en una más grande ponemos bien de agua con un paño de cocina dentro y los tarros y las tapas para que al hervir se esterilicen. A partir de que empiece a hervir el agua lo tendremos cociendo quince minutos. Los sacamos con una tijereta larga.
En la otra cazuela ponemos agua con sal a hervir. Cuando hierva ponemos un montón de guisantes y medio tapamos.
Dejamos cocer a fuego moderado unos quince minutos. No cocer mucho para que no se deshagan y se despellejen. Es mejor dejarlos “al dente”.
Cuando estén cocidos, con un cazo sopero los vamos introduciendo en los tarros ya esterilizados con un poco de su caldo. Llenamos hasta el borde con la rosca. Secamos muy bien el tarro por la rosca por fuera y cerramos bien. En la misma cazuela donde hemos esterilizado los tarros los ponemos de nuevo y los tenemos al baño maría quince minutos para que haga el vacío. Pasado ese tiempo los sacamos, los ponemos boca abajo hasta el día siguiente. La conserva estará hecha. Guardaremos en la despensa en un lugar fresco y seco y a salvo de la luz, en un armario si puede ser.