El grupo Estado de Sats, con Ailer González como alma artística, ha creado un documental con gran vuelo poético, a pesar de la agonía que se revela en sus imágenes. Esa bella y escalofriante contradicción eleva su factura y la hace una puesta de grandes logros. Como toda excelente obra artística, jamás intenta manipular, solo se permite exponer imágenes de los repudios y los testimonios y miedos de quienes los sufrieron en primera persona.
Pero donde radica su mayor mérito, en tanto valiosa denuncia contra la dictadura, está en lo que siquiera se ve, sino en ese entramado de sentimientos encontrados entre las partes en pugna. El peso fundamental está en ese silencio que nos deja mientras leemos los créditos, en esa pregunta de cómo es posible que sea cierto, pues es un gobierno delirante que enseña sin pudor su profunda locura.
¿A dónde termina ese camino de abuso gubernamental? La gran denuncia está en nuestro interior cuando al ver esas imágenes de atropello y violencia, se prefiere ser gusano antes que sicario, y ese grito que escapa exigiendo el fin del régimen totalitario.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Marzo de 2014