Revista Cine
El director británico Ken Russell nos dejó ayer 27 de noviembre a los 84 años de edad mientras dormía. Russel, nacido en Southampton el 3 de julio de 1927, comenzó su carrera en el mundo del cine y de la televisión ejerciendo como cámara para la BBC, antes de erigirse en uno de los directores más provocadores e innovadores desde finales de los '60, alcanzando cierto éxito con films como Mujeres Enamoradas (Women in Love, 1969), con Glenda Jackson —que ganó el Oscar a la mejor actriz principal—, Alan Bates y Oliver Reed, película por la que fue nominado al Oscar al Mejor Director en la edición de 1971.
En 1975 alcanzaría uno de sus mayores éxitos con Tommy, la versión cinematográfica de la ópera rock de The Who. El musical fue todo un éxito de taquilla y le abrió las puertas del cine hollywoodiense. Uno de sus trabajos al otro lado del charco fue Viaje Alucinante al Fondo de la Mente (Altered States, 1980), film de ciencia ficción protagonizado por William Hurt. Pronto descubrió que los mecanismos y limitaciones artísticas de la industria cinematográfica de Hollywood no le dejaban trabajar tal y como él quería. Su última pelicula en suelo americano fue La Pasión de China Blue (Crimes of Passion, 1984) con Kathleen Turner y Anthony Perkins. De nuevo en Europa, dirige Gothic (1986), una de sus primeras incursiones en el cine de terror y/o horror que suponía su visión del mito de Frankenstein. Después realizó La Guarida del Gusano Blanco (The Lair of the White Worm, 1988), curiosa interpretación en clave de sátira y con tintes psicodélicos del mito vampírico con Amanda Donohoe y Hugh Grant.
Descanse en Paz este controvertido director, un transgresor en toda regla.