Ha nacido The Big Leprechaun

Hace escasos minutos se ha confirmado la noticia que se venía rumoreando en los corrillos de la NBA en los últimos días: Shaquille O'Neal jugará la próxima temporada en los Boston Celtics. El veterano pívot firma, en principio, por un año y un total de menos de 1.5 millones de dólares, el mínimo estipulado para un jugador de su experiencia en la liga. Está por desvelarse si finalmente el contrato incluye o no un segundo año opcional.
Shaq estaba sin equipo desde que finalizara su vinculación con los Cleveland Cavaliers, equipo al que llegó con muchas expectativas el verano pasado. Por aquel entonces, O'Neal era la última pieza que faltaba para que los Cavaliers de LeBron James se alzaran con el codiciado Anillo que rompiera la sequía histórica de los equipos de Cleveland y que de paso sirviera para retener a LeBron en la franquicia. Sin embargo, O'Neal tuvo problemas con las lesiones durante todo el curso y el proyecto ganador de los Cavs se quedó en nada.
Cumplidos ya los 38 años, el futuro de Diesel estaba más en entredicho que nunca. Desde que se abriera el plazo de contratación de agentes libres, su nombre había estado ligado a muchos equipos, entre ellos Atlanta o Dallas. Incluso se llegó a especular con una (improbable) aventura europea, muy complicada debido a las altas pretensiones económicas del pívot, que no bajaban de los 10 millones por temporada. También se había barajado la posibilidad de su retirada, después de haberlo ganado todo a nivel individual y colectivo en la NBA, y tras estar lejos de su mejor nivel en los últimos años.
Pero si por algo se ha caracterizado Shaquille O'Neal en su carrera es por su afán de estar siempre en la primera línea de la noticia. Y esta vez tampoco iba a ser una excepción. Hace unos días, el propio jugador "se ofreció" para firmar con los Boston Celtics, pero parecía más un intento desesperado por jugar en un equipo candidato al título que una posibilidad real. Sin embargo, parece que en Boston se lo han tomado en serio, y han decidido probar -con un bajo coste económico que no arriesga nada el payroll- a contratar a uno de los jugadores más mediáticos de toda la historia.
Después de 18 temporadas en la NBA, con un MVP y cuatro Anillos a sus espaldas, el fichaje por los Celtics parece la última aventura de Shaquille O'Neal. En Boston seguramente ocupe el puesto de titular, debido a la larga lesión de Kendrick Perkins, y que comparta minutos en el juego interior con otros dos ilustres veteranos como Kevin Garnett y Jermaine O'Neal. Shaq ya no es aquel pívot que dominaba el juego a su antojo hace una década, pero a poco que las lesiones le respeten puede ser un arma poderosa en la zona de unos Celtics que están intentando, a base de veteranía, competir con las superplantillas de equipos como Orlando, Lakers o Miami. The Big Leprechaun acaba de nacer, y seguro que va a dar mucho que hablar.