Juanma Lamet en su blog “Tauroeconomía”:
“En 2012 se han lidiado 1.010 festejos mayores (corridas, novilladas con picadores, rejones y mixtos). Esto es, un 14,5% menos que los 1.182 de 2011 y un 53,5% menos que en la cima de la burbuja táurica, en 2007. ¿Qué significa esto? Que la crisis ha engullido ya más de la mitad de la oferta laboral taurina. Un titular pantagruélico y llamativo, sí, pero con matices: había una inflación enorme en las plazas públicas de tercera, al socaire del calentón del ladrillo, y el ajuste era inevitable y hasta deseable. Sobraba grasa. Pero han confluido tres crisis -la del ladrillo, la del negocio taurino y la depresión global-, así que no se atisba un suelo para esta caída, porque el recorte de la oferta -menos corridas- se ha visto acompañado de un desplome significativo de la demanda -calvas en los tendidos-. La desertización avanza rápido.”