He de confesaros que es la primera vez que las he cocinado. Las habas no son mi debilidad, no es un alimento que me guste. Pero los comensales dictaminaron que estaban ricas, ricas, jijiiii.
Me fío de ellos, porque desde entonces me las están volviendo a pedir, así que es señal que quedaron realmente buenas y quieren volver a repetir.
Así que a este paso se va a convertir en una de las recetas habituales en casa.
Preparar un sofrito con la cebolla, el ajo y el tomate. Rehogar las butifarras negra y blanca cortadas en rodajas y la panceta en tiras. Añadir las habas y medio vaso de vino blanco. Remover para que se integren los sabores. Pasados un par de minutos cubrirlo todo de agua (ojo ¡ no os paséis mucho), rectificar de sal y dejar que se haga todo hasta que las habas estén tiernas. Id vigilando por si tenéis que ir añadiendo un poquito de agua, pero no creo que sea necesario. Mejor que queden con un poquito de caldo, no aguadas.
RETO #REPOSTERASPOREUROPA