[5/10] El italiano Nanni Moretti apunta con “Habemus Papam” al Vaticano al considerarlo como lugar cerrado y hermético y, por extensión, al poder que provoca angustia en el hombre contemporáneo y que le impide respirar a gusto. Para ello opta por dar un tono sarcástico y paródico a la historia de un Papa recién elegido y que no puede soportar la presión y las responsabilidades del cargo. Es la visión de un director militante y manifiestamente ateo, dado a la polémica y a dejarse ver tras la cámara, de fácil e inteligente ironía y al que gusta erigirse en centro del plano. Esta comedia fracasó en el festival de Cannes y también en la Seminci, quizá por la falta de fuerza de una propuesta a la que le salva la soberbia actuación de Michel Piccoli, y en la que sobra mucha trama cardenalicia. Un inicio prometedor se va desinflando con risas que pierden frescura y con una historia deshilachada por las pretensiones.
Moretti traza un díptico a partir del cónclave que debe elegir un nuevo Papa. Por un lado presenta a todo el colegio cardenalicio en clave cómica y esperpéntica, con personajes bobalicones e inocentes a los que hace jugar a las cartas o al voleibol y que ofrecen reacciones caricaturescas que a algunos les puede hacer gracia y a otros molestar. Son individuos estereotipados y sin hondura, simpáticos en su simpleza, rígidos en su celo… sobre los que el director se complace sin maldad buscando momentos graciosos e hilarantes, algunos ciertamente conseguidos pero repetitivos y que hacen que la trama principal se estanque. Ésta es la del Papa recién elegido y que interpreta Piccoli con extrema humanidad y hondura, metáfora del hombre aplastado por el poder y la responsabilidad. Algún arranque de pánico y ansiedad un tanto estentóreo no oculta otros momentos de profunda y más contenida inquietud, cuando deja ver un pasado frustrado como actor de teatro -dardo envenenado contra un Papado visto como nuevo trabajo escénico- o su interior perturbado por las nuevas exigencias.
Y entre la trama cómico-burlesca y la humana-entrañable aparece el psiquiatra interpretado por el propio Moretti, como no podía ser de otro modo, en una escena que no aporta nada a la historia central. Preguntas incómodas en clave freudiana para hurgar en la infancia y juventud del nuevo Papa, y fáciles situaciones que invitan al ridículo del estamento clerical… y que también son una crítica al propio psicoanálisis. La inteligencia e ironía de los diálogos no oculta un guión desequilibrado y errático que hace que la película se quede en lo episódico y avance hacia el precipicio, y que sólo el gran actor francés logra rescatar… aunque sea con un giro hacia el sainete complaciente.
El tono esperpéntico y tragicómico que el director imprime a la cinta hace que resulte una historia a ratos divertida y conmovedora, algunas veces algo exagerada pero siempre con humanidad, nunca excesivamente hostil aunque tampoco inocente. En este sentido basta escuchar el “Todo cambia” cantado por Mercedes Sosa y que alude a los cambios que el director reclama a la Iglesia, o el vagabundeo de Piccoli por las calles de Roma en una odisea existencial que busca la libertad y a Chejov… para tomar conciencia individual de su quehacer. Pero, con todo, el trabajo de Moretti no pasa de ser un divertimento fallido con su dosis ideológica para un Piccoli sincero y humano que se debate, como la película, entre la risa y la angustia, entre la Iglesia y el Estado, entre la obligación y la necesidad que conlleva el poder. Al final, no hay fumata blanca ni negra, sino tan solo gris.
Calificación: 5/10
En las imágenes: Fotogramas de “Habemus Papam”, película distribuida en España por Vértigo Films © 2011 Fandango, Le Pacte, France 3 Cinéma, Rai Cinema y Sacher Film. Todos los derechos reservados.
Publicado el 3 Noviembre, 2011 | Categoría: 5/10, Año 2011, Comedia, Críticas, Drama, Francia, Italia
Etiquetas:Habemus Papam, Iglesia, Mercedes Sosa, Michel Piccoli, Nanni Moretti