Hay toda una pléyade de gente buscando los Objetos: diversas organizaciones ansían poseerlos para conseguir sus fines; otros muchos, sin embargo, se dedican tan solo a estudiarlos y localizarlos al servicio del mejor postor, sabedores de que el uso de estos fantásticos objetos, por más ventajas que parezca otorgar, solo acarrea miseria.
Algunos de estos Objetos (cuyo número se estima en unos cien) son el Peine, que al ser utilizado permite a su poseedor detener el tiempo durante diez segundos. El Paraguas hace que todos crean conocer a su dueño. Aunque otros Objetos tienen efectos que aún no han sido descubiertos, o bien efectos que oscilan entre lo absurdo y lo innecesario, como la Radio, que aumenta en siete centímetros la estatura de quien sintoniza la emisora adecuada.
Sin embargo, el Objeto más poderoso y codiciado es la Llave, que al ser usada en cualquier cerradura (en la que entrará sin problemas) transporta a su propietario a la habitación de un inquietante motel, la Habitación Perdida. Tras cerrar la puerta y abirla nuevamente, el portador de la Llave puede reaparecer en cualquier lugar del mundo en el que haya una puerta con sólo pensar en esa localización.
Cuando Joe Miller, detective de la policía, encuentra la Llave no es consciente de su poder, pero al perder a su hija en un desafortunado accidente se verá obligado a usarla una y otra vez para encontrarla, en una frenética carrera contrarreloj. Para ello, se verá obligado a buscar los demás objetos, y sus averiguaciones no harán sino abrir nuevos interrogantes.
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Uno de los motivos por los que soy reacio a apuntarme a ver series es por esa sensación de estar casándome con la serie en cuestión, para que, en la mayoría de los casos, la cosa acabe degenerando en un engendro insufrible que suelo abandonar. Y precisamente esta miniserie de seis capítulos de duración está hecha para todos los que penséis como yo. Tiene un final autoconclusivo, y nada de temporadas adicionales ni leches (aunque un par de capitulitos más no le hubieran hecho ningún mal).
Creo que ya he dicho suficiente sobre esta original serie. Qué más puedo añadir... pues que si te agrada la ciencia- ficción, o el género fantástico en general, ya tardas en verla. A mí me sorprendió muy gratamente, y no dejo de recomendarla en cuanto tengo ocasión.
El casting es soberbio y acertadísimo. Un Peter Krause (A dos Metros Bajo Tierra) en un papel protagonista con mucha presencia, apoyado por un elenco de personajes carismáticos y complejos: Julianna Margulies (Urgencias) como la chica, un Kevin Pollack (secundario de lujo que seguro os sonará bastante) enorme como malo maloso, y mis favoritos, Ewen Bremmer (Trainspotting) y Peter Jacobson (House), haciendo de entrañables freaks.
Como apunte, la hija del prota está interpretada por Elle Fanning (Yo Soy Sam), pequeña gran actriz cuya carrera nada tiene que envidiar a la de su hermanísima Dakota.
Lo dicho: una serie sorprendente, que no se ve, sino que se devora, que presenta un mundo coherente y realista en que nada es lo que parece, y con personajes a cual más interesante.
Cuenta con mi Sello de Calidad personal, y, lo que es más importante, deja un muy buen sabor de boca.
Anímate a entrar en la habitación 10.