Moira - The Handmaid's Tale
En el libro me gustó mucho su personaje pero en la serie la estoy amando, además de que me parece genial el hecho de que hayan elegido a una actríz de color (Samira Wiley) para interpretarla. Y ya que estamos con esta serie, también me encanta lo que hicieron con otro de los personajes de la novela al cambiarle la orientación sexual. En fin, que tienen que ver The Handmaid's Tale sí o si.
Sammy Lieberman - Dance Academy
No diré mucho de Sammy porque si lo hago empiezo a llorar
Korra y Asami - The Legend of Korra
Ya sé que fueron tan sólo unos segundos de la serie en los que "se confirmó" la existencia de #korrasami y no pudimos disfrutarla como se debe, pero por eso espero con ansias los cómics-secuela (faltan dos meses) en los que tendremos más de ellas. Tanto juntas como separadas me encantan.
Jesse D'Amato - In treatment
Oh, Jesse, mi conflictuado, turbado y afligido Jesse. De la serie sólo vi los episodios con Dane DeHaan (quien hace un estupendo trabajo) cuando me maratoneé la filmografía del actor y me fascinó el personaje porque en las siete sesiones terapéuticas (que por si no lo sabían es de lo que va la serie) transmite muchísimo y yo sólo quería abrazarlo al final de cada episodio.
Bill - Doctor Who
La muy reciente pasajera de la TARDIS se suma a la lista, y es que aunque quizá sea demasiado pronto para ponerla entre favoritos, puedo decir que con cinco episodios ya me ha ganado (esperemos que no la arruinen).
Félix Khoury - Amor à Vida
Y aquí es cuando confieso que uno de mis antagonistas favoritos de toda la vida es de telenovela, de una brasileña para ser exactos. Cuando la transmitieron en México cada noche mi mamá y yo estábamos listísimas a las 9 para ver a Félix porque sin duda era lo mejor de la historia (y muchas veces la única razón para verla). Resultaba interesante primeramente por la novedad de tener a un villano que era gay y tridimensional (se considera que rompió con muchos de los estereotipos de personaje homosexual presentado en este tipo de producciones). Era tan malo y al mismo tiempo tan carismático; hizo cosas muy malas, horribles, pero era imposible odiarlo (lo cual me causaba conflicto, pero oye, al final se redime¿?) y sus frases eran gloria para mis oídos. En fin, han pasado tres años desde que dejó de alegrar mis noches y sigo sin superarlo (ni a #Feliko; háganse un favor y vayan a ver fanvids, es más, aquí les dejo uno).Y como dato extra, en el último capítulo sucedió el más popular y esperado beso gay en televisión brasileña (muchos lo consideran el primero, pero al parecer no es así) y fue hermoso
¡Ah!, no saben lo mucho que necesitaba hablarles de Félix >.<
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