Conviene comenzar a hablar con nuestros hijos sobre la sexualidad en los primeros años de su niñez, aunque nunca es demasiado tarde para empezar. Cómo comenzar suele ser una de las dificultades que refieren los padres para tratar el tema, pero la vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades p.e la Tv cuando nos muestra a un adolescente en plena pubertad, la vecina embarazada…
Hemos de ser conscientes de que a nosotros nos corresponde iniciarles en educación sexual, además hay estudios que demuestran que los adolescentes que han hablado de sexo en casa, suelen tardar más en tener su primera relación sexual, tienen relaciones sexuales más seguras y se sienten menos presionados por el grupo de iguales.
La explicación de la cigüeña pertenece a otra época, a una sociedad cargada de tabúes, de doble moralidad… debemos ser siempre sinceros al abordar el tema para que puedan sentir la confianza necesaria para expresar sus dudas.
Según la edad de los niños su curiosidad variará:
- En Infantil: Las preguntas más comunes serán: ¿Cómo entran los bebés en tu barriga mama? , ¿Por qué yo tengo pene y tú no?...
Es importante que conozcan los nombres formales de todas las partes de su cuerpo. Es muy común en las familias “apodar” a los genitales con los más variados términos y sin ser nada negativo, conviene que también sepan utilizar palabras como pene o vulva para no sentirse confundidos si los oyen en otros entornos como puede ser en el ámbito escolar.
- En primaria: Harán preguntas del tipo: ¿Está bien tocarse a sí mismo? , ¿Qué significa "homosexual"? ,¿Por qué los niños tienen erecciones?, ¿Qué es la menstruación?, ¿Cómo tienen relaciones sexuales dos personas?...
La masturbación es un tema que surge en esta edad y algunas veces no saben si lo que sienten es normal, si es adecuado… es conveniente que lo entiendan con naturalidad y comprendan que es un acto placentero a realizar en la intimidad.
- Adolescencia: ¿Qué tamaño tendrán mis senos?, ¿Es cierto que una mujer no puede quedar embarazada la primera vez que tiene relaciones sexuales?, ¿Cuál es el mejor método anticonceptivo?, ¿Deben tener relaciones sexuales obligatoriamente dos personas si están enamoradas?, ¿Perder la virginidad causa dolor?..
Si bien a nuestros hijos se les ha de explicar las circunstancias biológicas del sexo, también hay que hablarles de la parte afectiva, del cariño y de la responsabilidad. Que reflexionen sobre la libertad a la hora de elegir una pareja con la que tener una relación sexual consentida y segura. De los sistemas de anticoncepción existentes, la prevención de las ETS (enfermedades de transmisión sexual)…
No quiero insinuar posibles respuestas a todas estas cuestiones porque creo que los padres han de responder en función de sus valores familiares. Mi intención es tan sólo aconsejar sobre la importancia de estar preparados.
Puede que nuestros hij@s titubeen a la hora de plantearnos sus verdaderos temores o den vueltas indirectas sin llegar a lo que realmente desean saber, tenemos que ayudarles a expresarse, intentar averiguar qué necesitan saber, qué es lo que ya saben de lo que les preocupa y asegurarnos que lo comprenden (para esto último se puede acabar diciendo: “¿respondí a tu pregunta?”).
Si desconocéis las respuestas a las preguntas que vuestros hij@s os planteen no os apuréis, buscarlas juntos. No hay excusa para no resolver sus dudas, pensar que si no lo hacéis vosotros podrían recurrir a otras fuentes que les confundan, manipulen o les cuenten una versión para la que no están preparados.
Tras todo esto he de confesar que “En casa del herrero cuchillo de palo”, hace poco me enfrente a todo lo visto aquí y lamentablemente no estaba preparada. Como todos sabía que en algún momento tendría que hablar de sexo con mi hija, pero me pilló desprevenida.
Mi hija de siete años tenía que hacer un trabajo sobre el León y desde el colegio nos dieron varias directrices: qué comen, cuerpo cubierto de pelo o plumas, hábitat… y “se reproducen por….”. Ante esta última pregunta y dada mi escasa preparación me metí directa en un jardín del que no sabía cómo salir. Creo que el tema no le quedó nada claro, así que he de enmendar mi error y para ello he decidido actuar con responsabilidad y prepararme mucho mejor.