La edición de agosto de la revista Psychology of Addictive Behaviors nos presenta una interesante y, quizás para algunos, controversial investigación que sugiere que las parejas que fuman marihuana frecuentemente son menos propensas a sufrir de violencia doméstica.
El estudio fue conducido por investigadores de la Universidad de Buffalo y contó con la participación de 634 parejas casadas durante nueve años y su objetivo principal fue intentar clarificar algunos datos consistentes sobre la violencia doméstica entre las parejas que fuman marihuana.
Las parejas que consumen marihuana juntos tienen valores y círculos sociales similares
Estos fueron sus hallazgos:
- El consumo más frecuente por parte del marido y de la esposa (de 2 a 3 veces al mes o más a menudo) predijo una menor frecuencia de violencia en la pareja (IPV) realizada por los maridos.
- El consumo de marihuana por parte de los esposos también predijo menos IPV perpetrada por las esposas.
- Los parejas en las que ambos cónyuges usaron marihuana frecuentemente reportaron la menor frecuencia de IPV.
- La relación entre el consumo de marihuana y la reducción de violencia de pareja fue más evidente entre las mujeres que no tenían antecedentes de conducta antisocial previa.
- Se encontró una relación positiva entre las parejas que usan marihuana y episodios de IPV, pero solo en las parejas que habían reportado un agresión física durante el año previo al matrimonio.
Los investigadores creen que las parejas que consumen marihuana juntos tienen valores y círculos sociales similares, y sería esta similitud la responsable de reducir la probabilidad del conflicto.
Si bien estos resultados son bastante llamativos, hay que resaltar que este estudio no examinó si el uso de marihuana en un día determinado reduce la probabilidad de episodios de violencia en ese momento, sino la ocurrencia de dichos episodios a lo largo de los 9 años del estudio. Y aunque este estudio apoya la idea de que la marihuana no incrementa, y hasta podría relacionarse con la reducción la probabilidad de un conflicto agresivo, todavía faltan investigaciones que repliquen estos hallazgos y que evalúen el consumo diario de marihuana y alcohol y la probabilidad de conflicto en el mismo día.