La fabricación de jabones caseros es una actividad sumamente gratificante que podemos emprender con mínimos elementos. Además de distraernos nos da la posibilidad de crear nuestros propios elementos de higiene con ingredientes mucho más naturales que los de los jabones tradicionales. Uno de los jabones caseros más sanos y seguros es el de glicerina. Si queremos preparar un jabón de glicerina casero no tenemos que manipular materiales peligrosos (como la soda cáustica) ni tampoco invertir demasiado tiempo y dinero.
Para hacer jabón de glicerina casero solo necesitamos moldes que tengan una buena resistencia al calor, 500 gr. de glicerina (tiene que ser en bloque), una fragancia (aceite esencial o extracto), colorante natural (opcional), varilla para revolver la glicerina y un pulverizador con alcohol. El primer paso para hacer jabón de glicerina casero es cortar el bloque entero de glicerina que acabamos de adquirir en trozos de tamaño pequeño. Seguidamente procederemos a calentar la glicerina a baño María (tiene que quedar totalmente líquido). Luego se vierte la glicerina en cada uno de los moldes de jabón y se adiciona la fragancia elegida y el colorante, en caso de utilizar uno. En este momento es esperable que se produzcan algunas burbujas en la superficie de la mezcla. Para eliminarlas por completo las rociaremos con alcohol (con la ayuda del pulverizador). Mezclar todo muy bien y dejar reposar la mezcla en los moldes por al menos una hora. Al pasar el tiempo de secado podemos extraer el jabón de glicerina casero del molde y envolverlo en un pequeño paquete de papel celofán.
Lo más divertido de hacer jabón de glicerina casero es que se les puede dar todo tipo de formas y colores. Por esta razón es esencial hacerse con una buena variedad de moldes que nos permitan innovar y crear todo tipo de diseños para regalar a nuestros seres queridos.