A veces, puede ser más difícil hacer las paces con uno mismo que perdonar a un amigo. Las personas pueden castigarse duramente a sí mismas por errores, palabras dichas en un momento inapropiado y situaciones que hubiesen deseado afrontar de otra manera. Hacer las paces con uno mismo es un signo de amor a través del que una persona se libera de ese peso que viene cargando desde hace tiempo, una losa que pesa toneladas y que cuanto más tiempo pasa, mayor es la sensación de lastre.
¿Cómo hacer las paces con uno mismo? En 3Contigo Coaching creemos que:
1. En primer lugar, decidiendo que de una vez por todas mereces ese perdón. Eres digno de él. No mereces seguir sufriendo de esa forma por heridas del ayer. Eres humano, cometes errores y aciertos: compréndete a ti mismo y aprende de la experiencia como un tesoro vital.
2. ¿Qué es lo que ganas con esa especie de tortura psicológica con la que te castigas a ti mismo? Absolutamente nada. Motivo suficiente para cambiar de actitud.
3. Hoy puede ser un día fantástico para iniciar un nuevo diario. Puedes firmar en tu primera página del mismo tu compromiso sincero con esta nueva etapa cuyas vivencias y sentimientos, puedes expresar por escrito convirtiendo a este diario en tu mejor confidente. La privacidad aporta una gran libertad emocional al poder mostrarte sin censuras frente a ti mismo. La libertad también es un paso necesario para el perdón y la aceptación.
4. Las cosas fueron de una forma determinada en el pasado y ya no van a cambiar. Los saltos en el tiempo solo son posibles en la ficción como muestran algunas películas de éxito: La casa del lago protagonizada por Sandra Bullock y Keanu Reeves es un claro ejemplo de ello.
Sin embargo, en la vida real, el ser humano solo puede dar saltos en el tiempo a nivel mental a partir de su propia subjetividad. Una subjetividad que no siempre alcanza la esencia objetiva de las cosas: ¿Cuántas veces quedamos encerrados en cómo nos hubiese gustado que fuese una situación?
5. Puedes iniciar cada día con una frase que sea un anclaje emocional de refuerzo positivo: “Quiero ser feliz hoy porque me lo merezco“. Puedes expresar esta frase mientras te miras al espejo sonriendo.
6. No tomarse la vida tan en serio no es un signo de frivolidad sino de inteligencia emocional. Como el mejor actor, es saludable poner un toque cómico a situaciones dramáticas porque la vida también es una tragicomedia que a veces nos sorprende con instantes de magia, en otros con un poco de locura y en otras situaciones, con tristezas que duelen.
7. Hacer las paces con uno mismo es dejar de vivir en una lucha permanente por la perfección. Es asumir la propia condición de persona frágil y fuerte al mismo tiempo. Todo ser humano es vulnerable pero también, un superhéroe que tiene una capacidad de superación y de reinvención constante.
8. Nunca dejes de admirar tu propia grandeza personal. Una grandeza humana cuya esencia de dignidad también radica en el perdón como gesto de generosidad que te permite empezar de nuevo. El perdón es amor. Y el amor es el mejor refugio emocional.
Maite Nicuesa para 3Contigo Coaching.
Coaching personal, profesional y para la salud en Madrid y Figueras.