Hay que hacer 30 sentadillas en dos minutos y además no vale hacer trampa, y es que hay una máquina que nos vigila, y con sus sensores identifican el número de sentadillas que hemos hecho. Si alcanzamos el reto de las treinta sentadillas en los dos minutos de tiempo, tendremos un boleto gratis para subir al subterráneo. ¿Te parece buen plan? Imagino que la respuesta dependerá de si estás o no en buena forma. Lo malo es que para superar el reto, y salvo que nuestro país lo copie, hay que viajar hasta Rusia. Ojo, que lo organiza el Comité Olímpico.
El aparato cuenta con sensores que miden la cantidad de sentadillas y la duración.
El Comité Olímpico Ruso busca a través de su campaña animar a los ciudadanos a que hagan del deporte una rutina diaria, promoviendo además los Juegos Olímpicos de invierno que se desarrollarán en Sochi.
Fuente: El sol online
Cada vez son más las opciones que se ponen en marcha desde los más diferentes organismos para que hagamos ejercicio físico. Y es que las sentadillas no han llegado a Rusia para burlarnos del personal, aunque de seguro que habrá más de uno que no pueda reprimir la carcajadas viendo y protagonizando las sentadillas. La razón de esta simpática iniciativa es animar a los rusos a moverse, y es que la obesidad es ya una epidemia de primer orden.
La Organización Mundial de la Salud ha lanzado la alerta: cada vez estamos más gordos, y ese mito del gordito feliz está dejando paso a una cruda realidad. Y es que ni los niños gorditos están más sanos ni mejor criados, ni sufrir de sobrepeso es un reflejo de la felicidad. Ni de tan lejos. Todo lo contrario, que podría acortar nuestras vidas, y sobre todo, nuestra calidad de vida en muchos años.
Además, este año, se celebran en Rusia los Juegos Olímpicos de Invierno, por lo que aprovechando la ocasión, el Comité Olímpico Ruso está haciendo una publicidad extra de los beneficios de practicar deporte y de lo saludable que es llevar una vida activa. Y es que si prefieres coger el metro, antes que caminar unos cuantos kilómetros, de acuerdo, pero antes a sudar un poco, no te creas que te saldrá gratis.
Y es como una alegoría. Porque gratis sí que te ofrecen, un ticket al subterráneo. De otro modo, ya me dirán quién es el guapo que se anima a intentar hacer sentadillas delante de media Rusia. Aquí cuanto lleve el letrero de gratuidad resulta atrayente. Es la mejor manera de contrarrestar el desánimo que provoca el concepto del esfuerzo físico. Y la idea es simpática.
No hemos podido evitar caer en la tentación del sedentarismo. Desde el ascensor de casa hasta las escaleras automática del centro comercial, y la placidez de transporte público si es que no cogemos el coche. Caminar es cada vez una actividad en extinción. Y si no caminas, desengáñate, ¿¿Vas a correr?? Si nos valiera, iríamos al trabajo o a la escuela en una cama voladora. Somos flojos por naturaleza.