Revista Economía

¿Hacia dónde va el Perú?

Publicado el 13 septiembre 2009 por Eloy
El Perú, desde 1990, ha sido conducido hacia un proyecto más moderno, de apertura a la economía ¿Hacia dónde va el Perú?mundial. La implementación y continuidad de las medidas económicas establecidas en el Consenso de Washington han ido transformado las estructuras no sólo económicas sino también las sociales, políticas, culturales, etc. El monto de comercio internacional del Perú, los últimos 15 años ha crecido a niveles espectaculares, aproximadamente 867% (de 6202 a 59968 millones de US$). Véase el gráfico 1 el gran crecimiento del comercio exterior del Perú.

Este incremento en el nivel de la actividad económica también se observa en el comportamiento del PIB. De 1990 a 2008 el PIB ha crecido 133,42%. En el periodo 1993 – 2007, según el INEI, la población del Perú, ha crecido 24,7%. Nuevamente, tenemos un indicador adicional del gran incremento de la actividad económica, un gran aumento del PIB per cápita.

Asimismo, debemos anotar que este periodo de liberaliza

¿Hacia dónde va el Perú?
ción económica, donde las fuerzas del mercado han tenido un rol mayor en relación a la participación del Estado en la actividad económica respecto a la década de los 70 y 80, ha sido impulsado por una mayor participación del ahorro externo. Tal es así, que las rentas de factores externos también se han incrementado significativamente, de 1990 a 2008 pasó de 1928 a 9958 millones de US$. ¡Un incremento de 416,5%! Para las empresas de capital extranjero, el país, es una economía muy rentable.

Toda esta dinámica económica ha traído consigo una serie de cambios sociales; desde el golpe de estado de 1992 y la nueva constitución de 1993 que flexibiliza los derechos laborales, la reducción de otros derechos sociales; cambios culturales que introducen la exaltación de la libertad individual como el valor supremo, desde la libertad de empresa hasta las libertades sexuales, una mayor liberación de los jóvenes respecto a sus padres, de los padres respectos a sus hijos (ellos tienen todo la libertad de decidir abandonarlos o de quitarles la vida!!!), la libertad de consumir drogas (por que el consumo sí es legal), etc.

A esto es lo que se le llama progreso, avance de la sociedad o mejoría. ¡El Perú avanza! Pero, una mirada por encima de estos cambios; nos permite entender que estos cambios obedecen a la lógica donde un número cada vez mayor de situaciones sociales su solución debe pasar por las leyes del mercado. Se privatiza la seguridad, la educación, la salud, el amor, la justicia, se privatiza el odio y por supuestos los valores colectivos. La colectividad pierde espacio, la conquista masiva de los años de las grandes migraciones provincianas deja de funcionar. El fetichismo de la mercancía va alcanzando su mayor expresión, la humanidad en estos lados se enajena, se deshumaniza. Todo esto, lo vivió Europa en el siglo XIX y hoy el mundo entero asume los costos. En el Perú toma forma de comedia . . . Nada de esto tendría sentido si no se dieran los cambios económicos representados en las gráficos. Estos grandes cambios cuantitativos en la economía deben tener un impacto cualitativo en la sociedad.

Se dice que la mujer alcanza su libertad, pero no es más que su incorporación al mercado de asalariados . . . gana su emancipación consumidora, ahora ella elige qué mercancía comprar, qué marido casar, . . . Un homosexual dice que tiene el derecho de serlo y exige los derechos que no le pertenecen, quiere igualarse, como es lógico la expansión de la libertad individual exige su reconocimiento legal, es la conquista de sus derechos individuales, idénticamente igual cuando se le reconoció el voto a la mujer, igual a cuando el matrimonio católico dejo de serlo.

Pero en la lógica de expansión occidental en estas tierras peruanas, impulsadas verdaderamente por intereses minoritarios y grandes, lejos de las minucias del feminismo y los movimientos gays, no es más que la instauración de la lógica del capital, de la acumulación del capital y la realización de la plusvalía. Visto así, su discurso libertario es doble, hipócrita, pues no tolera los sindicatos, no tolera las huelgas, no tolera los movimientos colectivos, no tolera otras formas de vida no occidentales (Bagua es un ejemplo de ello), no tolera el Quechua y el Aymara; en cambio si tolera el hambre de muchos peruanos, si tolera la miseria en la que viven muchos niños de las ciudades, la ignorancia en las que se somete cientos de adolescentes de escuelas públicas, si tolera que jóvenes destruyan sus neuronas con drogas (para qué hacernos problemas con lo del VRAE si existe la libertad de consumir), si tolera “envitrinar” nuestra cultura, nuestra comida, nuestra música . . . televisa la pobreza, hace de ella parte del show. Sólo sobrevive aquello que se adapte a la lógica del mercado (como en el caso de la chicha a la tecnocumbia). Hacia esto avanza el Perú, a un país donde seremos menos humanos . . .¡El Perú avanza! . . . ¡Ay del Perú de antes!


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