Revista Cocina

¿Hacia dónde vamos con esos precios?

Por Rumbovino @rumbovino
Escribo este post entre preocupado, sorprendido e indignado. Aun no tengo muy claro por cual de estos estados me declino totalmente, quizá porque experimente los tres juntos. Vaya uno a saber...
Hace muy poquito tiempo que he vuelto a Galicia tras pasar unos hermosos 25 días en Argentina con mi familia y amigos... Disfruté como hacía mucho no hacía. Largas charlas en compañía del infaltable mate, sol en su justa medida (extrañamente está haciendo un verano benévolo y agradable en la pampa húmeda), piscina y lo que nunca falta, y más extraño desde la distancia, el asado. Perdí la cuenta de cuántos asados disfruté aquellos días en casa. Demás está aclarar que no hay mejor maridaje argento, al menos para quien escribe estás letras, que un buen asado y vino tinto. No hay nada que supere esa perfecta combinación sobre la faz de la tierra queridos amigos...
Y llegando al tema sobre el que me senté a garabatear esta nota me pongo un poco menos melancólico y retomo las sensaciones que comentaba al inicio.
Llevaba unos 8 meses fuera de Argentina, pero debo reconocer que al enfrentarme a las estanterías o vidrieras de las vinotecas o supermercados me pareció que hacía años que no visitaba mi país. Cantidades de botellas nuevas colmaban mis ojos, no podría calcular el número de ellas. Bodegas recién nacidas, cepajes menos tradicionales por doquier, regiones poco conocidas que antes no encontraba más que en grandes ciudades como Rosario o Buenos Aires, etiquetas nuevas de viejas bodegas, nuevas marcas, nuevos estilos, y un inmenso etcétera que me mantendría en esta retahíla por un rato. Lamentablemente lo que en un primer momento me llenó de alegría enseguida me situó en la realidad que están viviendo los vinófilos en mi país y que hoy miro de lejos. Los precios de los vinos.
Casi me desmayo al ver los precios de los vinos (y la expresión que uso no estuvo lejos de ser literal). Cómo puede ser que en estos meses algunas etiquetas hayan casi duplicado su valor? No quiero citar ejemplos porque el listado sería bastante largo y además porque esto no es personal con ninguna bodega y no va a ser cosa que alguien se sienta molesto.

¿Hacia dónde vamos con esos precios?

Foto tomada de Winereport.com.ar 


Recuerdo en el mes de diciembre, a principios creo, nuestro amigo José de WineMDQ publicó un listado con sus vinos elegidos del 2014 y al leerlo me surgieron algunas reflexiones que dejé en un comentario textual que transcribo abajo:
No me pude contener a la hora de hacer un comentario, luego de leer el listado, no por los vinos citados (la mayoría no los he probado, claro) sino por sus precios.
Hace unos 7 meses que no estoy viviendo en Argentina y por lo tanto estuve alejado también de sus cambios en la tarifa, pero la verdad es que me quedé muy preocupado por el salto grandísimo que pegaron la mayoría de los vinos argentos, sin distinguir marcas.
Este listado es de lo mejor de Argentina, claro está, pero es que no hay nada que esté por debajo de los 100 mangos (solo uno, creo) y la media ronda los 300, más o menos?
Digo, no estamos perdiendo mercado en el mundo con estos precios? No puede ser que nuestros vinos más económicos y bebibles (por decirlo de alguna manera) arranquen de los 10 u 11 euros para arriba!!
A lo mejor yo esté equivocado, pero me parece que se va a hacer dura la competencia a futuro de seguir la cosa así.
Antes, yo traía a España vinos de Argentina, se los daba a catar a los amigos vinófilos de acá y cuando les decía el precio alucinaban con la calidad... Ahora hago lo mismo y al decirles el precio dicen... "bueno está bien, pero por ese precio acá hay muchos mejores".
Pero tras escribir esto y vivir lo que les estoy contando en primera persona, me surge una duda que no termino de resolver. ¿Los precios que nos cobran los vinos a los consumidores en Argentina están realmente justificados? O es que los bodegueros, distribuidores y comerciantes en general se aprovechan un poco de la situación económica “extraña”, por poner un nombre, que se está viviendo desde hace tiempo, donde parece que la inflación no tiene límites y cualquiera pide cualquier cosa por lo que fabrica amparándose en el precio del dólar, del euro, del yen, o del petróleo... Parecería que a la hora de aumentar los precios cualquier excusa vale.
Espero que no se enoje nadie con lo que acabo de escribir arriba, pero me hago estas preguntas porque a todo lo que acabo de comentar se suma otra cosa que me desconcierta más aún y me obliga a pensar como pienso- y espero que alguien me puede dar una explicación lógica a este asunto porque yo no logro hacerlo-:
¿Cómo puede ser que nuestros vinos cuesten exactamente igual en Argentina que en España?
El mismo vino que en Argentina cuesta $135 (en Venado Tuerto, que es bastante más barato que Baires), en España, para ser más exacto en el Corte Inglés de Vigo, cuesta 13 euros??? Para más INRI apunto que se trata de la misma cosecha que se vende en Argentina actualmente. Tengo varios ejemplos...
Hasta donde yo sé, el Corte Inglés no hace filantropía y no es precisamente el lugar más barato a la hora de ir a comprar. Entonces, insisto, cómo puede ser que pagando las tasas de exportación, transporte (más de 100000 kms) y pasar por diversas manos antes de llegar al público, cualquier mortal en España pague un vino producido en Valle de Uco lo mismo que lo paga el vecino de la bodega en una vinoteca de Mendoza?
Decididamente no lo entiendo...Y esas cosas son las que me hacen dudar de todo.
En fin... así estamos.
Gracias por leernos amigos,
Salute, Rumbovino. 

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