Un futuro sin bolsas de plástico es algo cada vez más próximo. Poco a poco se está instalando en la conciencia de la gente la necesidad de prescindir de ellas, y lo que es todavía más definitivo, las limitar y reducir drásticamente el uso de bolsas de plástico es un tema que los gobernantes se están tomando en serio en varios puntos del planeta, lo que está generando la aparición de leyes y normas que limitan e incluso prohíben su uso y distribución.
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Ya hemos hablado en más de una ocasión los problemas que generan las bolsas de plástico, ya sean de un solo uso o de varios usos. Las bolsas habitualmente están fabricadas a base de polietileno de baja densidad, polietileno lineal, polietileno de alta densidad, polipropileno, o de polímero de plástico no biodegradable, todos ellos materiales plásticos reciclables y reutilizables, pero como la gestión de la misma no es la mejor de todas, terminan e nuestros mares y montes, sin control, con una biodegradación muy lenta, de cientos de años en muchos casos, convirtiéndose en un problema medioambiental de primer orden y carente de una solución factible, y de voluntad para revertir la situación.
Así la semana pasada conocimos la buena noticia de que los países de la UE han llegado a un acuerdo para limitar las bolsas de plástico finas (grosores menores de 50 micras) de un solo uso. Esta limitación tienen dos modelos de aplicación:
- Por un lado los estados miembros pueden optar por reducir de las 176 bolsas/persona y año actuales a 90 en 2019 y 40 en 2026.
- Y por el otro, obligar a que los comercios cobren por ellas a los clientes.
España, por su parte, se mostró favorable a ambas opciones, dado que ya aplica un precio a las bolsas y podría plantearse asumir los máximos de uso.
Agrupaciones ecologista, como Amigos de la Tierra, se decantan por que el Gobierno español opte por el segundo modelo, pero con la diferencia de que el coste de la bolsas de plástico fuera en forma de tasa, que sería una vía para eliminar el beneficio comercial de los distribuidores por el precio de las bolsas, así como estrategias engañosas de publicidad, una situación que podría darse con la implantación de un coste, y a su vez permitiría que el dinero recaudado se invirtiese en proyectos medioambientales.
Ha esto hemos de añadir otros casos recientes, como la prohibición de las bolsas de plástico de un solo uso en octubre en California, que se hará efectiva a partir del 1 julio de 2015. Así el consumidor tendrá varias opciones, llevarse la bolsa de su casa o adquirir en los comercios bolsas reutilizables que cumplan una serie de requisitos marcados por la ley y con un coste superior.
Esta tendencia actual contraria al uso de las bolsas de plástico vienen fraguándose hace ya un tiempo. Así encontramos ejemplos de ello en países como Irlanda que en 2002 introdujo tal impuesto; como resultado el uso de bolsas de plástico disminuyó inmediatamente en más del 90%. En Hong Kong, en 2009 se introdujo un sistema parecido. En países africanos como Ruanda y Mauritania están prohibidas. En países como Dinamarca, Francia, Suiza, China, de Estados Unidos: San Francisco, San José y Long Beach, Australia, Taiwán, Irlanda, Inglaterra, Dinamarca, Canadá, Israel, Singapur, entre otros se graban con impuesto su adquisición en los comercios.
Un futuro son bolsas de plástico parece algo próximo y deseable, máximo tras conocer recientemente la noticia de que nuestros mares podrían contener algo más de 250000 TM de basura, 10 veces más de lo que pensábamos!!! Lo cual nos hace acoger estas noticias con agrado, pero sin olvidar que todos y cada uno de nosotros tenemos una importante cuota de participación para que esto sea una realidad.
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