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Hacia un modelo de marca personal para el entorno político.

Por Pabloadan

Hacia un modelo de marca personal para el entorno político.La política precisa, como tantos ambientes sociales, de una proyección de marca personal. Sin embargo el entorno político confiere unas características muy complicadas para este desarrollo de forma natural.

Hablar de la marca personal de un político como una herramienta cuyo fin es convencer al votante es cuanto menos una visión simplista y que reduce la marca personal a una función meramente comunicativa al servicio del mensaje. Y no debe ser así, tanto por la propia esencia de la marca personal como por la compleja y limitante situación de un partido político en cuanto a la libertad que confiere al político, sea o no sea candidato o electo.

Partido político

Coincidimos en que un partido político es una organización que busca la conquista del poder por medio de mayorías democráticas o de pactos. Y que tras éstas, al menos en teoría, se encuentran los políticos, que parten al menos de una concepción del bien común y el servicio a la sociedad.

Si la primera fase de la construcción de una marca personal es la edificación sobre valores propios, éstos deben estar alineados con la ideología política, que no siempre se haya coincidente con las decisiones del partido político, ya que éstas dependen en gran medida de negociaciones o concesiones más de carácter táctico. Los valores hace tiempo han dejado de ser irrenunciables para los partidos. Las ideologías murieron.

Valores y criterios

Los valores y criterios quedan pues al servicio de los círculos de poder del partido, y de las circunstancias políticas y económicas. El compromiso y la ética queda pues relegada a un fin mayor; la gestión del poder.

La competencia

Por otro lado una estrategia de marca personal en cuanto a metas personales puede chocar, y lo suele hacer a diario, con otras personas dentro del mismo partido. Los que aspiran a la misma posición. En estos momentos la competencia está dentro de tu propio entorno, y la necesaria red de alianzas choca entonces con la paz interna, convirtiendo la carrera política interna uno de los principales focos de conflicto.

El público objetivo

Hacia un modelo de marca personal para el entorno político.
Una vez conseguidas estas metas personales de cargo, responsabilidad o representatividad, el público objetivo de un político pasa de ser los afiliados y los cuadros de mando del propio partido a ser los electores y potenciales votantes. Pero sin perder de vista que hay otros dos públicos expectantes: el ciudadano no votante para el que debes gestionar el cargo, si es que es electo, y los medios de comunicación, como interlocutores necesarios entre político y sociedad. Nunca unos sin los otros.

No siendo imposible, ni tan complicado, un proyecto de marca personal para un político, si debe entenderse éste como algo que puede sobrepasar a la propia persona, y cuya última autoridad reside en el partido, si es que se plantea una trayectoria duradera. Y también es cierto que una marca personal en política busca coherencia con valores y compromisos. Y que cuando éstos se consideran irrenunciables un tiene que decidir cual es el mejor camino para si mismo, para sus compromisos, y para su conciencia.

Se necesita

Por todo ello el político necesita de un proyecto de marca personal donde coherencia, confianza y comunicación puedan ponerse al servicio de las metas. Ética y valores para la marca personal del político. Todos lo necesitamos.


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