Revista Arte

Hacia una estética del frío.

Por Miranfu
Este último año ha sido especialmente frío. Pasamos uno de los febreros más inhóspitos de los últimos siglos: yo lo pasé en Zaragoza (a -5º grados, sensación térmica de -10º), en Barcelona (fría pero nada comparable a lo demás), Budapest (-18º), Bratislava (-5º) y Viena (-8º). Por primera vez, comprendí e incluso aprecié Gladiator, volviendo a casa desde la Vindavona y la Carnuntum cubiertas por palmos de nieve. Por esa y por muchas otras razones, fue un Febrero oscuro y frío.
Oh my love, I am freezing in my marble dressing gown. Cold, the oldest season, hold me when the sun goes down.

Hacia una estética del frío.

Intenté ser menos tópica y ponerles un cuadro de Alexander Koester sobre un poema de Trakl. Pero no encontré más que patos, así que les dejo a Friedrich.

Estamos a finales de Abril y parece que la primavera se haya vuelto asustada al Inframundo. El frío está de moda, y así lleva siéndolo 200 años. Les haría una disertación lógica tema, pero no voy a hablarles de Juego de Tronos, ni siquiera de Friedrich ni de Trakl. Sino de un precedente histórico: la de la Pequeña Edad del Hielo (el artículo en inglés de wikipedia está asombrosamente bien documentado).
Rasputina, uno de mis grupos favoritos, han tratado en varias ocasiones algo que me gustaría llamar "estética del frío", pero sin duda la más brillante fue la canción que encabezó el espléndido disco Oh perilous world (una suerte de ópera rock steampunk que haya sobre la señora Lincoln siendo reina de Florida y declarando la guerra a las indias orientales), para mí, el mejor que han hecho: 1816 the year without a summer
Para mayor placer les dejo la letra traducida, porque dentro de su habitual fetichismo histórico de serie b, constituye una deliciosa introducción al tema.
En la primavera de 1315 comenzó una era de tiempo impredecibleNo acabó hasta 1851. Recordáis 1816 como el año sin verano.Junio, 1816, una repentina tormenta de nieve cubrió todo el campo.Así que Mary Shelley tuvo que quedarse en casa y escribió Frankenstein,oh, 1816 fue el año sin verano.
El grano no podía madurar en esas condiciones,se resguardó en urnas y cacharrosPasó de 95º F a helar en unas horasUn enemigo terrible la gente y el ganado muriéndose de hambre
Durante los años más severos de esta pequeña edad del hielobuscamos chivos expiatorios a los que culparMucha gente intentó culpar de todo a una gran conspiración masónica,o a Benjamin Franklin y a sus experimentos con la electricidad.
La erupción del volcán Tamboracubrió la tierra con cenizaEsa fue la causa real, descubierta por algún exploradoraños después, recordando el pasado.Te daré mi color rojopara llevarme tu enfermiza palidezPara vosotros, que sois de complexión tan coléricaPor favor, tened cuidado con el creciente sol y con todo el abatimiento...
1816 fue el año sin verano.
Que las grandes erupciones volcánicas pueden llenar de ceniza el cielo de las antípodas es algo que no se ha sabido siempre: pasó con el volcán de Thera-Santorini, pasaría después con el Krakatoa, y pasó con muchos otros más, pero en 1815 era el turno de el Tambora. Las grandes erupciones, combinadas esta pequeña edad del hielo de la que ya hemos hablado (periodo lógico tras el óptimo climático medieval), produjeron una larguísimo invierno, llegando a haber importantes tormentas de nieve incluso en Agosto. Hasta el istmo de Tehuantepec se heló; también nevó en Taiwan. Aquí y aquí se lo explicar con mucha más calma y documentación.
Curiosamente, sería Benjamin Franklin, uno de los "posibles culpables", el primero que observó como la erupción de un volcán influía en el tiempo atmosférico, pero aún no se le tomaba demasiado en serio.
Se perdieron cosechas, y miles de personas murieron entre la hambruna y el frío. Se pusieron de moda las pieles (consideradas como bárbaras durante los siglos anteriores), creo que incluso se extinguió alguna peluda especie. Pero no solo Mary Shelley se inspiró para escribir su obra magna, sino que a Karl Drais se le ocurrió inventar la dresina (antecendente de la bicicleta) para no tener que usar a los hambrientos animales para transporte.

Hacia una estética del frío.

En 1817 las "bicicletas" no eran para el verano.


Esta entrada no pretende formar una opinión, sino recordar hechos históricos en un momento en el que el fantasma del Cambio Climático ya no ronda incesantemente nuestras conversaciones. ¿Será que estamos adoptando una nueva estética del frío?
Esperaba gustosa escribir una entrada sobre La Consagración de la Primavera pero a este paso la tendré para Junio...

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