Revista Viajes
Otro año vivido y uno menos que queda por vivir, esa es la realidad. Hablando en términos viajeros, empieza a angustiarme la idea de que no voy a tener tiempo de conocer todo aquello que me ilusiona. La lista es larga y aunque parezca una contradicción, en lugar de ir acortándose cada vez se alarga más. Supongo que os ocurre lo mismo a la mayoría de los que seguís este blog, un viaje lleva a otro, lees un artículo que te gusta, un reportaje en televisión, hablas con alguien que te cuenta su viaje y resulta que acabas añadiendo a la lista una infinidad de lugares que en un principio no tenías en mente, a lo mejor por pura ignorancia. Sin hablar de los lugares a los que me apetecería volver una y otra vez. ¡Necesitaría 30 largas vidas!. Como no sé lo que nos depara el futuro, intento aprovechar el presente, aunque siempre me persigue la duda de si vivo la vida que realmente quiero y como quiero. En fin, ha llegado el momento de hacer balance de los viajes que se han hecho realidad y de los que no han podido ser y de plantearse nuevos objetivos y nuevos retos para el próximo año. Esta es la ilusión con la que empezaré el 2011.Del año que acaba no nos podemos quejar, a pesar de que algunas cosas no han salido como estaban previstas. Es uno de los inconvenientes de tener que programar los viajes con antelación, ya que cualquier contratiempo puede hacer cambiar los planes a última hora. El tema de los controladores aéreos se ha convertido en un problema real y muy a tener en cuenta a la hora de hacer planes de viajes. Este año 2010 lo he sufrido tres veces, dos cancelaciones de vuelos a última hora y un retraso importante. Cuando no son los controladores españoles, son los franceses y ya podemos afirmar que nuestro destino está en manos de este colectivo que, sin entrar en detalles, se siente a disgusto con sus condiciones laborales.
Así pues, en febrero, los controladores franceses fastidiaron nuestra escapada a Cambridge, ya que se canceló nuestro vuelo de Easyjet a Londres Stansted pocas horas antes de partir. Perdimos una buena ocasión de pasar un fin de semana en compañía de amigos viajeros en una ciudad que me apetecía mucho conocer.
No pudo ser Cambridge pero en Semana Santa visitamos otras dos ciudades británicas, Liverpool y Chester y ambas me sorprendieron. Chester es una ciudad encantadora, con un conjunto histórico considerable y calles animadas que hacen muy agradable la visita. Liverpool, me dio mucho más de lo que esperaba y considero que es un claro ejemplo de que las ideas preconcebidas, para bien o para mal, en la mayoría de los casos no se ajustan a la realidad. La música y el espíritu Beatle se respira en todos los rincones pero Liverpool ofrece mucho más que eso.
En verano nos decidimos por el sudeste asiático donde estuvimos tres semanas. La mayor parte del tiempo lo destinamos a la isla de Borneo, concretamente a las provincias de Sarawak y Sabah que pertenecen al Estado de Malasia y también visitamos el sultanato de Brunei.En la parte de Malasia continental sólo estuvimos en Kuala Lumpur pero antes de regresar a casa dedicamos tres días a Singapur. Una grata experiencia que cumplió una de mis ilusiones, la de poder ver orangutanes en libertad.
En octubre nos fuimos cinco días a Roma. Un viaje en familia para celebrar las bodas de oro de mis padres. A pesar de que ya conocíamos la ciudad eterna, ése fue un viaje muy especial por lo que representaba. Roma es una ciudad que no cansa y a la que volvería una y otra vez. Seguro que no será la última.
El puente de diciembre no salió como teníamos previsto. Disponíamos de una semana entera a nuestra disposición y aunque en principio pensamos en Bulgaria nos decantamos al final por Sicilia, básicamente por cuestiones de temperaturas más favorables en esa época del año. De nuevo los controladores aéreos fastidiaron nuestros planes y decidimos volver a algunas zonas de Francia donde habíamos estado años atrás. Sin nada programado y sin un rumbo fijo, fuimos recorriendo varios pueblos de la Provenza, la mayoría de ellos ya conocidos, pero a los cuales nos encantó volver. Visitamos por primera vez ciudades como Montpellier, Marsella o Niza y la región de la Camarga. No hay que negar la rabia y sensación de impotencia al vernos obligados a anular el viaje a Sicilia, pero regresar a Francia siempre es para mí una buena noticia. Si no he perdido las cuentas hemos viajado 16 veces al país vecino y como aquel que dice, todavía no nos hemos movido del sur. La primera idea fue llegar hasta la Champagne pero el temporal de frío y nieve nos retuvo allí donde los mapas metereológicos no pintaban tan desfavorables. Tengo muchas cosas que contar que iré haciendo durante las próximas semanas.
A lo largo de estos 365 días ha habido también escapadas cortas. Algunas de fin de semana, como la de Andorra y otras, excursiones de un solo día a lugares más cercanos como la ciudad de Girona o Besalú.
Tampoco desaproveché la última semana de octubre que viajé a Bélgica por motivos laborales pero que me permitió hacer un poco de turismo tanto en Amberes como en Bruselas. Ya conocía ambas ciudades pero siempre quedan muchas cosas por descubrir.
Los destinos para 2011 no están aun decididos pero espero que se puedan ir cumpliendo sueños. Es mi deseo para todos los que os acercáis por aquí. Feliz 2011!