La Kombucha se está convirtiendo en una bebida bastante de moda y no quería dejar de ser experimentar con ella, así que después de conseguir un SCOBY (iniciador de kombucha) me puse manos a la obra para obtener esta bebida fermentada.
Como dije, es una bebida con un ligero sabor ácido obtenida a partir de un té endulzado y el laburo de muchas levaduras y bacterias. Lo bueno de esto es que es algo natural y nosotros podemos controlar los sabores, lo cual nos lleva a poder crear una gran variedad de bebidas.
Partiendo de tener un SCOBY que es el acrónimo de “Symbiotic Colony Of Bacteria and Yeast”, algo así como Colonia Simbiótica de Bacteria y Levaduras, podemos empezar a crear nuestra Kombucha.
Para llegar al objetivo vamos a hacer lo que se llama una doble fermentación, para la primera necesitamos:
Hacemos un té con algo del agua, mezclamos con el azúcar y agregamos el resto del agua. Esperamos que se enfríe completamente y añadimos el SCOBY junto con su líquido.
Colocamos en un frasco grande y tapamos una tela y ajustamos con unas gomitas, necesitamos que haya intercambio con el aire para favorecer a la fermentación. Guardamos el frasco en un lugar oscuro por aproximadamente unos 10-12 días. Durante esos días las levaduras irán comiendo el azúcar y generando alcohol, que al mismo tiempo es consumido por las baterías, generando así acidez necesaria para ese cultivo.
Para conseguir el SCOBY, pueden pedir a algún amigo que esté fermentando o también lo pueden comprar por Mercado Libre si es que no conocen a nadie.
Lo bueno es que con cada tanda que se hace de Kombucha obtenemos un nuevo SCOBY que se desarrolla en la parte superior que está en contacto con el aire.
Próximo post explico la segunda fermentación y como añadimos sabor a nuestra Kombucha!
La entrada Haciendo Kombucha (Parte 1) se publicó primero en Ariel Benz.