Revista Psicología

¡Hagamos una revolución!

Por Sofía Durán
¡Hagamos una revolución!
Antes que nada quiero aclarar que con el título de mi entrada no estoy incitando a hacer un movimiento armado, sólo quiero hacer una breve reflexión sobre lo que es una revolución debido a que últimamente y por los lamentables hechos que se están dando en nuestro país, mucha gente habla de que hay que levantarnos en armas y crear un movimiento de este tipo como sucedió en 1910 (que por cierto dicen las malas lenguas que ese movimiento ni siquiera fue una revolución o jamás tuvo final). Así que comencemos.Para iniciar ¿Qué es una revolución?  Bueno, pues de acuerdo al muy confiable diccionario de la RAE encontramos que se define como “Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación”; esta definición a mi parecer es profunda y muy fuerte, porque entonces hay que suponer que este movimiento implica un cambio drástico y muy repentino; se menciona también la palabra “violento” lo que en muchos casos se podría interpretar como que prácticamente hay que matarnos unos a otros pero ¡no!, aquí lo que nos quiere dar a entender es que el cambio tiene que ser radical, inesperado y profundo, pero en ninguna parte habla de que hay que tomar las armas, más bien ese ha sido un plus que a lo largo de la historia le hemos añadido.Ahora para crear una revolución hay que tener un objetivo muy claro y definido, por ejemplo, muchas revoluciones se dan por que se está inconforme con el estilo de vida que se lleva, por lo que la gente lucha para cambiar su sistema de gobierno y mejorar sus condiciones de vida. Vaya, en pocas palabras, hay un descontento por alguna institución, un objetivo a cambiar, una opción alternativa para aquello que se va a modificar y un resultado. Pan comido.  Con respecto al movimiento en nuestro país de 1910, la institución que se quiso cambiar fue la gubernamental ya que Porfirio Díaz había establecido una dictadura, se hizo el movimiento armado, se derrocó a Díaz y Madero sube al poder, se supone que la clase privilegiada se iba a acabar y el pueblo por fin tendría una situación económica estable, ¿pero qué sucedió? Pues el ejemplo lo tenemos hoy en día, nada ha cambiado y al parecer hasta empeoró, en pocas palabras la revolución no funcionó.Es cierto que ya no tenemos dictaduras a simple vista, pero miles de personajes poderosos mueven los recursos del país en una monarquía invisible, los pobres siguen siendo pobres,los ricos siguen siendo ricos. La riqueza del país no es de sus ciudadanos, sino de las empresas extranjeras y como claro ejemplo de ello tenemos las minas en las ciudades del norte, no hay cambio visible, hay atrasos y para variar todos nos movemos de un lado a otro sin tomar verdadera conciencia de lo que queremos para nuestro país y nosotros. Pero bueno, mi reflexión final es que hay miles de personas que dicen que hay que crear una revolución y levantarnos en armas contra el mal gobierno, yo preguntaría ¿revolución de que tipo? ¿Qué queremos lograr con ella?¿Cómo se va a hacer? ¿Cómo lo vamos a lograr? Y ¿Qué va a pasar después?Gracias por visitarnos en Psicólogos en Puebla, si sigues buscando encontrarás más artículos de tu interés. La siguiente semana nos vemos con la continuación de este artículo titulada “¿Por qué México no está preparado para una revolución?”.

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