HALCÓN DE ELEONORA (Falco eleonorae) EN LA COSTA CÁNTABRA

 Halcón de Eleonora (Falco eleonorae) Hoy os muestro un ave especial, en un lugar inusual y en una época sorprendente. Me encontraba junto a unos prados, en Escalante (Cantabria), tratando de fotografiar un armiño que poco antes había visto correteando cerca de unos zarzales cuando, de repente, he visto como dos halconcitos se acercaban hacia mí. Se trataba de un cernícalo que estaba siendo atosigado por lo que, en principio, pensé se trataba de un alcotán europeo, rapaz bastante común por esta zona.
 Halcón de Eleonora (Falco eleonorae) Pero este alcotán era demasiado oscuro y en cuanto he visto las fotos he pensado en el halcón de Eleonora. Ya en casa, y guía en mano, me parece claro que se trata de un ¿casi adulto? de fase oscura.
   Halcón de Eleonora (Falco eleonorae) Esta ave tiene una fenología muy curiosa y su migración es simplemente fascinante.  Cría en colonias, principalmente en islas mediterráneas y en acantilados costeros a finales del verano, para que coincida con el paso migratorio de los pequeños paseriformes. Pero antes de esto, un buen número de halcones de Eleonora se adentran en la Península Ibérica, a varias provincias castellanas (Soria, Cuenca, Valladolid...) durante los meses de junio y julio, para alimentarse de una especie de invertebrado (escarabajo sanjuanero) muy abundante en esas fechas y en esos lugares.
 Halcón de Eleonora (Falco eleonorae) Como he comentado anteriormente, sus colonias de cría mediterráneas se encuentran en plena efervescencia a finales del verano y es en el mes de noviembre cuando nos abandonan hasta la próxima temporada, iniciando su migración hacía el sur de África en la que atraviesan el desierto del Sáhara, para culminar su gran viaje de 9.500 km en la gigantesca isla de Madagascar.
Lo que no sé muy bien es qué planes tiene el protagonista de esta entrada ya que ni el lugar ni las fechas coinciden con nada de lo que os he contado antes para su especie. Quizás se trate de un inmaduro que al no estar en edad de reproducirse ha alargado (bastante) su estancia en la península y en su deambular por la "piel de toro" ha llegado a un lugar bastante insólito y singular:  ¡¡Las Marismas de Santoña!!