La propuesta de esta semana reúne ingredientes simples y económicos y los transforma en un plato delicioso, rendidor y muy sano.
Una de las características de los garbanzos es su riqueza en lecitina (un tipo de grasa de mucha incidencia en el control del colesterol malo) y otra de ellas es su abundancia en ácidos grasos esenciales (los famosos Omega 6, en este caso). Además, son ricos en zinc, potasio y fibra.
Pues bien, hechos los honores a los protagonistas de mi mesa esta semana, les cuento cómo preparar esta receta que de tan simple da vergüenza. Lleva su tiempo, no lo voy a negar. Pero, es que ese tiempo bien lo invertimos en hacer otras cositas: chequear los mails, ponernos al día en Facebook, llamar a una amiga, regar las plantas del cantero del patio. Es que cuando ponemos los garbanzos en remojo o los hervimos, no es necesario mirarlos fijamente para ver cómo evolucionan. Digo yo, que si a alguien le funciona para acelerar los tiempos de la receta, me avisa para copiar los trucos...La noche anterior, elegí con minucioso cuidado 400 gramos de garbanzos secos que emplearás en la receta. Lavalos bien con agua limpia y dejalos en remojo con abundante agua hasta la mañana siguiente.Al otro día, colá los garbanzos y ponelos a hervir (quitándole, de tanto en tanto, la espuma que se va formando sobre la superficie de la cacerola) hasta que estén bien tiernos. ¡A colarlos de nuevo y dejarlos que enfríen!
Mientras tanto, rallá 300 gramos de zanahorias (yo las pulvericé lo mejor que pude con la Minipimer) y cortá en pequeños cuadraditos 2 cebollas grandes.En una cacerola con una pizquita de aceite neutro, rehogá las cebollas con sal, pimienta recién molida, nuez moscada y orégano. Cuando las notes menos duras, añadí las zanahorias picadísimas y corregí la sazón a tu gusto. Bien escurridas de todo líquido que pudiera haberse formado, dejalas enfriar.Con la Minipimer (o algún artefacto de cocina de similares características o resultados) procesá los garbanzos por puñados hasta dejarlos como un puré de textura similar a una pasta. ¿Se puede usar pisa papas? No porque el resultado no sería el mismo y lo que necesitamos es, justamente, que los garbanzos tengan textura de pasta y no de puré grueso.En un bol colocá el puré de garbanzos y condimentalo con 3 ó 4 cucharaditas de la siguiente mezcla de hierbas y condimentos, preparada en mortero: pimienta negra y blanca, laurel, ajo deshidratado, sal, ají molido, orégano, nuez moscada y pimentón dulce. Añadí la zanahoria y las cebollas rehogadas. Integrá muy bien y agregá 70 gramos de harina integral y 4 puñadotes de queso en hebras (si querés que sean hamburguesas veganas, no le agregues el queso y asunto resuelto).
Con la ayuda de una cuchara y empleando tus manos, da forma de hamburguesas a la preparación (del diámetro y grosor que prefieras) .Si las vas a conservar en el freezer o la heladera, guardalas separadas por papel o separadores para freezer (así no habrá posibilidad de que se peguen entre sí).
Para prepararlas en el momento: Aceitá ligeramente una asadera y colocá las hamburguesas para que se cocinen en horno caliente hasta que se suelten de la placa de cocción y estén doradas de ambos lados.
Para acompañar esta preparación que bien puede servirse con pan de hamburguesa (con semillas de sésamo ligeramente tostados en horno) o al plato, preparé tomates cortados en rodajas para incluir como piso en cada hamburguesa y ensalada de rabanitos (cortados en tiritas bien finitas y condimentados con sal, pimienta, nuez moscada y aceite).
Como aderezo para las hamburguesas y los propios rabanitos (también lo uso mucho para las ensaladas de berro, rúcula o radicchio - unas de mis perdiciones - porque combinan a la perfección con el amargor y picor de estas verduras) mezclé mostaza con krein (horseradish o rábano picante muy difundido en la cocina judía y rusa; yo lo compro picadísimo en frascos sin vinagre y lo incorporo cuando preparo aderezos).
Detalles de último momento:
En freezer se conservarán sin problemas por un mes.
Con estas cantidades de ingredientes salen entre 11 y 12 hamburguesas de buen tamaño y grosor.
A disfrutar estas riquísimas hamburguesas de garbanzos con ensaladas, distintos panes o al plato, con verduras de hoja crudas o cocidas. Son de sabor suave y agradable, de exterior crujiente e interior cremoso. Rendidoras y muy presentables: tus comensales quedarán sorprendidos, satisfechos y complacidos.¡Bon appétit! ¡Hasta la semana próxima!