Durante estos días, al amanecer o al final de la tarde, se les puede ver buceando entre aguas tranquilas o posados en los márgenes con las alas abiertas para secarse. Su silueta negra recortada contra el cielo es inconfundible, y pronto se harán parte del paisaje fluvial. Los adultos muestran plumaje oscuro y brillante, mientras que los jóvenes y hembras conservan tonos más pardos y el vientre claro, fáciles de distinguir cuando descansan juntos.
Como cada otoño, la llegada de los cormoranes marca el inicio de la temporada invernal en el Besòs. En años anteriores ya he podido documentar sus primeras apariciones y sus técnicas de pesca en esta misma zona, donde el río y el mar se mezclan y ofrecen abundancia de presas. Todo apunta a que volveremos a verlos en acción durante los próximos meses.

Phalacrocorax carbo. Cormorán grande. Corb marí gros. Great Cormorant.

Con las alas abiertas secando su plumaje.

Tres Xemeneis y barra de arena en la desembocadura del r. Besòs.
Fotos Paco Torres 19.X.2025
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