No parece escapar de algunos tópicos de siempre, pero teniendo en cuenta que es su primera película de este calibre opino que podemos darle el beneficio de la duda y perdonarle algún que otro desliz, sobre todo al haber contado con Saoirse Ronan como protagonista, la pequeña que resulta lo único bueno de la malísima adaptación de The Lovely Bones.
La película nos muestra, en clave de thriller, a una adolescente convertida en máquina de matar. Hija de un antiguo agente de la CIA es capturada por esta para atrapar a su padre, pero pronto la agencia descubrirá que su padre la ha entrenado de forma implacable. Tendremos que esperar al menos hasta abril, mes en que se estrena en Estados Unidos, para ver el resultado de esta joven nikita.